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La moda: extremos a banda cambiada

Salió Robben, le colocó Schuster en la banda derecha y Tomás Guasch rezongó en la transmisión de la SER: "Yo nunca vi que a Gento le pusieran en la banda derecha". Porque Robben es zurdo, y por cierto en su banda natural, a la que se trasladó después, hizo las mejores cosas. Pero esa se suele reservar a Robinho, diestro. Y no es cosa sólo de Schuster. Empieza a ser habitual: extremos a banda cambiada (el Atlético también lo hace), o mediapuntas que hacen de extremos (tipo Messi o Iniesta) y arrancan desde la banda contraria a la de su pie más hábil. Así suele jugar el Zaragoza, con Aimar y D'Alessandro.

Se busca la diagonal hacia adentro y el tiro (el primer gol de Messi, por ejemplo) y se busca también atacar la pierna menos hábil del lateral, especie que se resiste al cambio y que sigue jugando como siempre: los diestros a la derecha y los zurdos a la izquierda. Así que es más fácil burlarles por dentro que por fuera. Entonces, ¿por qué no cambiamos también a los laterales de lado, para enfrentarlos a sus atacantes con mejor perfil? Pues porque de los laterales a su vez se espera que suban, doblen al compañero que hace de falso extremo, lleguen y pongan el centro clásico, en la suerte natural.

En fin, que de extremo juega uno que no lo es para que de extremo haga el lateral, al que se le pide más. ¿Es sólo una moda o vamos por ahí? Eso lo dirá el tiempo. Con los años los entrenadores crean nuevas funciones y luego sus antídotos correspondientes, y unas cosas resultan y otras no. A mí, como a Guasch, me gusta la jugada clásica del extremo que encara, ataca al defensa, se va por fuera y pone el centro o, mejor aún, hace ángulo recto, limpia al líbero con otro regate, recorre la línea de fondo ante los fotógrafos y pone el pase atrás, mortal. ¿No lo veremos más? Nos queda Joaquín. Y Vicente, que está por volver.