Sobre el fútbol, el caos y la solución

Me llamó un amigo al comienzo de la segunda parte: "Estos han confundido eso del toque con el toque de las partes pudendas propias. Se están tocando lo que te dije". Colgué y pensé que mi amigo tenía razón. El Madrid no jugaba, pero tampoco se rebelaba. Ni un tiro a puerta, ni malicia, ni sentido ni interés en su juego. Se jugaba al ritmo que marcaban los rusos, que el Madrid no podía seguir ni sabía cambiar. Un equipo medio le estaba bailando. Como el Hannover en la segunda mitad. Gente como mi amigo, viejo madridista cuyo nombre me reservo, está empezando a descreer, pensé. Mala cosa.

Según colgaba, vino a mi memoria, no sé por qué, una frase que recogí de Abel, al que a su vez se la había dicho Sacchi después de un sainete del Atlético en pretemporada: "En fútbol, cuanto más cerca estás del caos, más cerca estás de la solución". Según la pensaba, el Madrid metió dos goles, aún no sé ni cómo. Y luego, eso sí, se puso a jugar. Tenía mejores futbolistas sobre el campo, todo era más creíble. Y supo imponer su ritmo, más pausado, más técnico, un trote en el que el Lokomotiv no se sentía cómodo. Otro gol, de penalti. Más toque, más sosiego, más empaque. Y otros dos goles al final. Goleada.

Bueno, será que el viejo Sacchi tenía razón. O será, más bien, que el fútbol es un juego, que la pelotita a veces entra y a veces no, y que los goles que los duendes del fútbol le dejaron a deber al Madrid en el primer tiempo de Hannover se los devolvieron en el arranque de la segunda mitad de ayer. El caso es que esta goleada le viene al Madrid como agua de mayo. El caso es que Guti hizo un partidazo. ¡Ay si fuera siempre así! ¡Qué poco nos importarían los achares de Kaká! El caso es que Higuaín marcó un gol, lo que me alegró muchísimo, porque este jugador me gusta. El caso, en fin, es que Schuster respira.