Tiqui-taca, descompensaciones y Kaká

Salió el Madrid a escena, en uno de esos partidos muy de pretemporada, aún menores, que sirven para ver muy poco. Pero algunas cosas sí se vieron. Una, que el tiqui-taca va de verdad: el equipo toca, mastica, construye... aunque no dilata demasiado la jugada. Como ritmo de juego no se hace pelmazo, y además asegura la posesión del balón y quita sustos. Mejor el primer tiempo, con Guti y Granero. Me gustó la soltura de éste. Se atrevió a hacer lo que sabe y eso está muy bien. Se nota que sabe que tiene la confianza del míster, y eso es el cincuenta por ciento en cualquier jugador de fútbol.

Claro que el rival era el Stoke City, que ha conocido días mejores y que ahora está en la segunda división, (que allí llaman First Division porque a la primera la llaman Premier). Flojo 'sparring' por lo que toda buena conclusión deber ser puesta entre paréntesis. Lo que sí golpea viendo a este Madrid hacer desfilar a toda la plantilla disponible para el día es la descompensación clamorosa. Entre laterales derechos y medias puntas suman la mitad del grupo. Extremos sólo hay uno, Balboa, hace nada suplente en el Racing. Faltan tres. Laterales izquierdos hay uno, Marcelo, aunque Torres se apañe ahí.

Schuster que, por cierto, mostró gran sensibilidad hacia la cantera, va a tener que hacer muchos apaños, menos si vienen Robben y Drenthe, o al menos uno de ellos. Y la zona de creación es manifiestamente mejorable también, aunque ahí ya no sé si hay alguna esperanza. Ayer de nuevo el manager de Kaká resucitó el posible traspaso. Es evidente que él quiere hacer la operación, y el padre también, pero me parece que el Madrid se está hartando de esos cantos de sirena, porque el Milán está inflexible y Kaká no parece decidido a forzar la situación, como sí hicieron en su día Beckham y Ronaldo.