Esta tarde se reúne el Comité. ¿Y...?

Esta tarde se reúne el Comité de Competición. ¿Y...? Sobre la mesa tendrá lo primero el reiterado desafío de los árbitros de redactar las actas mal, a fin de que el propio Comité se hiciera un lío a la hora de homologarlas o descartarlas. Un borde y torpe ejercicio de protesta contra la borde y torpe manía del antedicho Comité de Competición de eliminar o no a su buen tun tun las tarjetas amarillas que los árbitros muestran desde su fatiga, buena fe, manías y complejos, allá cada cual. El Comité debe decidir hoy si sanciona o no aquel sabotaje que duró dos semanas y murió en la última.

¿Qué hará el Comité? ¡Quién sabe! Puede (debería) sancionar a los árbitros, con lo cual nos esperaría cualquier cosa de aquí al final de la Liga. O puede dejarles sin sanción (de hecho lleva dos semanas mirando a la luna de Valencia, así que intervenir ahora sería tan tonto como no haber intervenido antes) en cuyo caso, ¿cómo hacer justicia contra los jugadores y entrenadores? ¿Qué es peor, que Luis Fernández se enfade o que un árbitro escriba mal adrede un acta para liar las cosas? Y a lo que iba: ¿cómo podemos tomarnos en serio este sistema de justicia regido por tal punta de cebollinos?

Así no es raro que el Barça pretenda que lo de Ronaldinho es recurrible. Total, ¿no salió indemne de su retirada de la Copa, no salió indemne del cochinillazo? Tampoco es raro que el Betis piense que le persiguen, si por mucho menos le cerraron el campo, si presiente (o sabe) que por haber metido a Javier Tebas (por cierto, ¡a quién se le ocurre!) en la Federación le están abrasando. En fin, que hoy se reúnen tres tipos a mi modo de ver ridículos, llamados a gestionar su pasado ridículo. Los árbitros fallan, sí. Algunos politiquean, lo que es peor. Pero el Comité sólo politiquea, y lo hace rematadamente mal.