Raúl, la hormiga frente a las cigarras

Raúl me asombra, me confunde, me lleva a error y a rectificación. Tengo que confesar que le he considerado amortizado más de una vez, y tantas veces como lo he hecho he tenido que reconsiderar la idea. Ahora ocurre de nuevo. Alguien me decía hace poco que sobraba en este Madrid. ¿Sobra? Ha sido titular, de nuevo en su puesto ideal, durante esta remontada que ha colocado al Madrid líder. Y ha tenido que ver con la remontada, por goles, por juego y sobre todo por espíritu. No es el que fue, pero sigue siendo gente en esto del fútbol. Por eso cada poco me hace arrepentirme de haber dudado de él.

Evidentemente en la forma de juzgarle hay la influencia de ese hastío que, en cualquier aspecto del mundillo del espectáculo, llega a producirse contra los que están 'muy vistos'. Sea un torero, un actor, un presentador de televisión... La industria del espectáculo agradece las novedades y los que duran mucho caen bajo sospecha. No sorprenden. Hagan lo que hagan lo habrán hecho antes, deseamos algo nuevo. Para desplazarle, Florentino fichó sucesivamente a Owen, Robinho, Baptista, Cassano... Ninguno pudo con él. Tampoco Higuaín. Raúl sigue siendo titular. Esta noche juega su partido número 605.

Con eso iguala a Gento. Es verdad que hoy se juega con más frecuencia, pero también lo es que Gento se retiró con casi diez años más de los que hoy tiene Raúl. Sus goles menguan, los años de los treinta por temporada están lejos, pero aún marca y además cubre, lucha, contagia, aprieta y ayuda. Los galácticos han pasado por su vida y por la del Madrid pero él permanece, hormiga frente a las cigarras, acumulando para un invierno que para él no termina de llegar nunca. Ante la visita del Depor su figura se alza de nuevo como la de uno de los hombres clave del partido. Su partido 605 con el Madrid.