Siete ciudades en busca de una licencia

Ya no son tres, sino siete: Oviedo, Granada, Logroño (las que les comentaba ayer), más León, Cáceres, Mérida y Orihuela las ciudades desde la que surgen movimientos de interés por hacerse con la plaza en Segunda División del Ciudad de Murcia. En unos casos, sólo buscan la plaza. En otros casos, se trataría de hacerse con el club como tal, con su estructura y su plantilla. El Ciudad de Murcia, también se lo contaba ayer, es un club en cierto modo artificial, creación de Enrique Pina, un intermediario venido a más que tiene un club en Segunda cuya desaparición o traslado a nadie indignaría.

Una licencia exportable, en suma, algo por lo que pagaría gente en esas siete ciudades que enumero al principio y quizá alguna más. Pero, ¿es esto posible? Sobre eso hay opiniones divergentes. Según unos, el convenio Liga-FEF ya fue admitido por el CSD y por tanto, todos sus términos, incluido este. Según otros, el asunto de la venta de franquicia, la gran novedad de este convenio, debe todavía ser sometido a la aprobación de la Comisión Directiva del CSD que, dicho sea de paso, no lo ve con buenos ojos. Pero la posibilidad hierve en los sótanos de nuestro fútbol y no tardará en salpicar.

Lo curioso es que eso de hacer vendibles las franquicias al estilo americano lo ideó la Liga sin otro afán que el de dar a los clubes un supuesto nuevo activo, que valdría más para entenderse con los bancos que para dar lugar a una práctica efectiva. Una forma, en el fondo, de aumentar la pelota. Nadie pensó realmente que en este tiempo histórico se pudiesen vender franquicias de fútbol entre ciudades. Pero el caso del Ciudad de Murcia, tan artificial y tan sin arraigo en una ciudad que no tiene ojos más que para ese Real Murcia que ya acaricia la Primera, puede abrir inesperadamente el melón.