El Ciudad de Murcia sí vendería su plaza

La semana pasada se organizó un gran revuelo en Valladolid cuando el presidente del club, Carlos Suárez, sugirió la posibilidad de vender su inminente plaza en Primera División, por encontrar poco menos que inviable la economía del club. En realidad fue un ardid para desatascar un plan de aprovechamiento de los terrenos contiguos al campo de fútbol, plan que tenía el plácet del Ayuntamiento pero no el de la Diputación. (Pese a ser ambos del mismo partido, curiosamente). La amenaza fue mano de santo. En veinticuatro horas se desatascó un pleito con años de antigüedad.

Hubiera sido impensable, por otra parte, que una ciudad como Valladolid, con ese club de solera, se resignara a una cosa así. Sin embargo, hay otro club que lo está pensando y podría hacerlo sin drama: el Ciudad deMurcia. No es plaza de Primera, pero sí de Segunda, que podría interesar a Oviedo, a Granada o a Logroño. Es un club sin arraigo, un curioso invento de Enrique Pina, intermediario audaz que fabricó con éxito un segundo club en una ciudad que siempre latió por el Real Murcia. Contactos para la venta ya existen. Y compradores. Pero el trámite aún no es posible.

La puerta a la venta de franquicias la abrió el último convenio Federación-Liga, pero precisa de autorización del CSD y todavía ni se le ha propuesto. La comisión directiva del CSD se reúne el 15 de mayo y el tema no está en el orden del día. Y, en caso de que llegue, el CSD tendría sus dudas. Lo que es común en Estados Unidos (la venta de franquicias entre ciudades) choca frontalmente con los usos de nuestro fútbol. Sólo que el Ciudad de Murcia es un caso único, una franquicia en el aire, sin base social. Y tiene lo que Oviedo, Granada o Logroño necesitan. ¿Qué pasará? Yo estoy intrigado.