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Un proyecto llamado título. ¿Pero cuál?

El partido de mañana se presenta como una nube negra ante el Madrid. El proyecto Calderón se llamaba un título. "Capello garantiza al menos un título", le auguró Mijatovic, y Calderón compró la idea. "Para que el Madrid gane un título Calderón tendrá que casarse con la Duquesa de Alba", bromeaba el otro día Bernardo Salazar. Ya sabemos que la Copa no será. Lo impidieron los suplentes del Betis. Tampoco la Champions. Lo impidió Van Bommel, con su gol en el Bernabéu. ¿Y la Liga? Una previsible derrota mañana colocaría al Madrid a ocho puntos del Barça, y a parecida distancia del Sevilla.

"Capello deberá decir si está capacitado para sacar esto adelante", comentó Calderón en El Larguero. Pues está claro que no, no hace falta que él lo diga. Lo decimos todos. Sólo que le falta la vergüenza torera que tuvo Camacho, que a las pocas semanas, y viendo que no podía con el asunto, abandonó y perdonó el dinero. Capello es soberbio y además codicioso. Su situación es insostenible. La plantilla le pirulea. La Liga es una quimera. Esta ciudad y este club le quisieron y le respetaron en su día. Algo de eso podría salvar si ahora tuviera un gesto de dignidad y se marchara cobrando hasta el día trabajado.

Y aún eso sería caro, porque sus decisiones han costado una pequeña fortuna, por lo mal que han salido todas. Pero si encima se tiene que ir cobrando las tres temporadas, francamente lo encuentro una afrenta. Casi prefiero que apure el cáliz y que luego se quede y viaje al frente del equipo a la Intertoto, que acabará siendo la gatera por la que el Madrid se pueda meter en Europa, y no lo digo en broma. De momento, Michel está en posición de prevengan. Para él no es agradable la situación. Ni lo es para nadie. Capello ya es un cadáver que huele cada día peor. Pero cuesta dinero retirarlo.