Ante la inminente decisión de la juez

El lunes, la juez Milagros Aparicio juzgará sobre la apertura de los sacos. Se supone que en pocos días más dejará que se abran, una vez conocido el criterio de la Audiencia Provincial. Si es así, habrá nuevos votos que sumar a los 8.344 de Calderón, a los 8.098 de la candidatura de Palacios (cuya bandera caída ha recogido Fernández Tapias) y a los 6.702 de Villar Mir. (Lorenzo Sanz y Baldasano están a distancias insalvables). De ese recuento puede seguir saliendo ganador Calderón, o bien Fernández Tapias o bien Villar Mir. El que lo sea, deberá ser proclamado presidente del Madrid sin reticencias.

Se teme que Calderón busque aún un aplazamiento de la apertura. De hecho, para algunos ese retraso es seguro hasta que no se resuelvan las querellas presentadas por algunos socios que han visto duplicados sus votos. Creo que cualquier intento de Calderón de dilatar más esto sería quedar mal. Hasta ahora ha llevado el Madrid mejor de lo que se le reconoce. Aunque Capello ya no es el que era, el equipo está bien colocado, la transformación está en marcha, apunta un Plan B ilusionante, ha firmado un contrato de televisión extraordinario y el baloncesto va de cine. Puede presumir de un buen saldo.

Y todo eso lo ha conseguido entre una persecución exagerada, rodeado de desconfianzas que le han llevado a un nerviosismo creciente. Tratar de mantenerse contra viento y marea sería prolongar su tortura y la del club. Con el mismo sentido del derecho con que acudió a la juez para defenderse de un uso que entendía viciado del voto por correo (voto recaudado habría que decir) debería acatar la sentencia. Y si esta le favorece (porque se descarte abrirlos o porque, una vez abiertos, siga ganando) que la acaten los demás y cesen las intrigas. En fin, que venga lo que venga, venga quien venga, que sea para bien.