Hay que reconocer que Francia se sentía un poco sola en el tema de la lucha contra el dopaje. Cuando Marie-George Buffet, la ministra comunista de deportes, empezó su magnífica cruzada contra esta lacra, mucha gente no creía en ella. Incluso, ciertas personas pensaban que sus leyes contra el dopaje dañaban al propio deporte. ¡Pero ahí está el resultado! Ahora, los que engañan a los aficionados tomando sustancias que desvirtúan la competición se lo piensan dos veces antes de acudir a las carreras en mi país. Y el público se siente un poco más confiado a la hora de aplaudir a sus ídolos. Por todo eso, la gran redada efectuada en España contra el dopaje ha impactado muchísimo en el país vecino. Sí, Francia apoya de todo corazón a su amiga del sur.

Hasta hace todavía unos días, la imagen de España sobre este asunto tan delicado era horrible. Sólo el diario AS, con informaciones comprometidas, parecía involucrado en la voluntad de limpiar la mancha. El nombre de España iba junto a palabras como "paraíso de los dopados", "permisividad" o "soberbia". En sólo unas horas, este país se ha quitado un peso de encima porque ha sabido poner acciones decisivas detrás de las bonitas palabras de sus dirigentes. Francia le dice chapeau a España y sabe que puede confiar en una fiel aliada en la lucha contra el dopaje. La gente de aquí puede sentirse orgullosa. Habéis entrado en una nueva era. Y todo el mundo lo tiene que celebrar.

Frédéric Hermel es corresponsal de L'Equipe en Madrid.