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Encrucijada del fútbol guipuzcoano

También es mala suerte. Que el mejor Sanse de los últimos años esté a estas alturas con un pie en los playoff de ascenso a Segunda y no pueda siquiera celebrarlo es una puñeta. Los de Eizmendi -antes de Gonzalo Arconada- ocupan la segunda posición del Grupo II de Segunda B, pero ahora mismo están fuera de esas eliminatorias porque los mayores están en puestos de descenso a la división de plata. Su plaza la ocuparía otro club guipuzcoano, el Real Unión, quinto clasificado en el mismo grupo que el filial realista. ¡Menudo encrucijada tiene ante sí el fútbol guipuzcoano! Sí, es cierto que si la Real pierde la categoría 39 años después, todas las demás carambolas quedarían en un segundo plano, aunque negarlas tampoco es posible.

Pero nadie duda de que el blanquiazul es el equipo de Guipúzcoa. Hasta la gente de Irún vive preocupada por los donostiarras. Prefieren no pensar en aprovecharse del descalabro realista y sólo miran al cuarto puesto del Burgos. Con la encrucijada actual, el año que viene veríamos a Real Sociedad y Unión en Segunda y al Eibar en Segunda B junto al Sanse. ¡Vaya pesadilla! Prefiero imaginar a la Real donde está, y una Segunda con Eibar, Sanse y Real Unión. La ilusión nunca se pierde. La Manga ha puesto las pilas a los jugadores de Bakero, las peñas se conjuran para hacer de Anoeta una olla a presión. Todo está listo para que Málaga sufra el renacer de un sentimiento. El sentimiento de un club que quiere seguir en Primera, donde debe, donde se merece.