Con más de 40 millones de seguidores en Twitter y más de 60 en Instagram, Kim es, de todas las Kardashian, la que despierta más interés. La celebrity, que cada poco tiempo incendia las redes sociales con algún posado desnuda o con algún cambio de look espectacular sabe muy bien lo que hace y cuándo lo hace. Y aunque su día a día parece no tener otro objeto que llamar la atención, esta práctica le sale altamente rentable, además de, cómo no, conseguir su objetivo con creces.

Kim Kardashian lo tiene claro, el secreto de su millonaria fortuna está en la diversificación, así que hace tan solo unas horas, publicaba en Instagram esta instantánea en la que anunciaba su estreno en una nueva red social y animaba a sus millones de fans a seguirla: “Estoy en Snapchat ahora. Agrégame”.

Snapchat, que es una aplicación de las aplicaciones móviles más descargadas del mundo, es una app dedicada al envío de archivos que desaparecen del dispositivo del destinatario entre 1 y 10 segundos después de haberlos recibido. Los usuarios, que pueden mandar los archivos a una lista de contactos limitada, deciden el tiempo en el que su foto, video o texto va a estar visible. Tras ese tiempo desaparecen de los archivos de Snapchat y de la pantalla del emisor.

Uno de los mayores peligros que presenta esta app es que guardar una de las imagenes que se reciben es tan sencillo como hacer una captura de pantalla con un smartphone antes de que desaparezca. Dados los antecedente de la Kardashian, estamos seguros de que esta herramienta va a ser una auténtica bomba de relojería en sus manos.

Según la revista Forbes, la mayor de las Kardashian ganó 28 millones de dólares en los últimos 12 meses. La modelo, no sólo es la única protagonista de un reality televisivo que se ha colado en la lista, si no que además ha quedado por encima de actrices y escritores tan famosos como Nataly Portman o Stephen King. La mayor parte de la fortuna de Kim proviene de sus apariciones públicas, de su línea de ropa de venta en Sears y de la promoción de una línea de cosméticos de belleza y de una marca de vestidos de fiesta. Y, aunque según esta revista, la parte más pequeña de estas ganancias proviene de las redes sociales, parece que le pagan lo suficiente para lanzarse a probar nuevos retos.