Jada Pinkett Smith se convirtió en el principal rostro del boicot a los Oscars por parte de los artistas afroamericanos. De entre las 20 nominaciones, ninguna de las estatuillas estaba dirigida a actores de raza negra, lo que molestó de sobremanera a una Jada a la que se unió su marido Will Smith, dolido por no ser nominado por La verdad duele, y el director Spike Lee.
A pesar de que el movimiento contra la Academia empezaba a cobrar fuerza, ésta reaccionó rápido saliendo a prácticamente pedir disculpas con un comunicado y le encargó a Cris Rock presentar la gala y lo que es más importante, hacerlo sin censuras.
El giro de guión les salió bien a pesar de que salieron, como bien se esperaba escaldados. Pero el humorista fue más allá y entre sus víctimas se encontraron los mismos que lideraron el boicot. Así, por ejemplo le dedico estas hermosas palabras a la actriz: "Cuando me enteré que Jada no venía pensé '¿No trabajaba en la tele?'. ¿Jada boicoteando los Oscars? Eso que como si yo quiero boicotear los pantis de Rihanna. ¡Nunca me invitaron!".
Aunque se ha hecho esperar, la respuesta –más zen de lo que muchos hubiesen deseado- llevaba implícita algo de resquemor: "Viene con el oficio, cariño. Hay que seguir adelante. Hay mucho de lo que preocuparse, están pasando muchas cosas en el mundo".
Will Smith, más de lo mismo
Por su parte, Will Smith tiró de 'Dientes, que es lo que les jode' y un sarcástico símbolo de la paz cuando fue preguntado por esta otra píldora de cariño de Rock: "Will no fue nominado por La Verdad Duele. Lo pillo, te cabrea. Es injusto que hiciese ese papelón y no le nominen. Tienes razón. ¡Pero tampoco es justo que le pagasen 20 millones de dólares por Wild Wild West!". Parece que al menos en público, la broma no le ha estallado en la cara a Chris.