Messi tiene derecho a hacerse esperar pues le ha dado tantas alegrías al hemisferio azulgrana que ya es hora de que prolongue aquella desazón que hace un año dejó tiritando a Bartomeu.
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Messi tiene derecho a hacerse esperar pues le ha dado tantas alegrías al hemisferio azulgrana que ya es hora de que prolongue aquella desazón que hace un año dejó tiritando a Bartomeu.
Ignorar el trato que se debe a un exfutbolista de esa historia es síntoma de este periodo de penitencia en el que ya ha incurrido el Barça.
Fue en un Barça-Celta de final de temporada, como el de hoy. Han pasado 25 años. En El País, Ramon Besa tituló aquella crónica: "El Camp Nou canoniza a Cruyff".
Enseguida se olvida una seña importante del Barça de Koeman: la confianza en la juventud de la casa.
La victoria de Laporta ha sido clamorosa. Alta participación (casi récord y en tiempos de pandemia) y más de la mitad de los votos emitidos.
El caso es que los jefazos suelen detestar a los jugadores, pero éstos tampoco se ponen en el lugar de quienes pelean en los despachos.