Un año del burofax: el primer día que Messi no fue del Barça
Este miércoles hace un año que el argentino comunicó por burofax al club que se consideraba libre de su compromiso con el club azulgrana. Se quedó..., pero estaba empezando a irse.
Cuando dices que te vas, es que ya te has ido.... Tal vez exactamente no, pero este miércoles se cumple un año del burofax de Messi, un terremoto de brutales dimensiones en Barcelona que pudo contenerse pero que, menos de doce meses después, terminó por hacerse realidad. Messi dejó de ser jugador del Barça.
Aquel 25 de agosto, sobre las 19:00 horas, y después de una cascada de rumores durante el día, se hizo oficial. Leo Messi había enviado un burofax al Barça a través de sus abogados para comunicar que quería acogerse a la cláusula que le permitía rescindir unilateralmente su contrato al final de cada temporada. La decisión de marcharse era definitiva. Ahí comenzó el conflicto de fechas. El Barça filtró que que la cláusula para comunicar que se iba gratis expiraba el 10 de junio, por lo que su precio en el mercado era de 700 millones. Los abogados de Messi, sin embargo, explicaban que la temporada no acabó de manera natural por el parón provocado por la pandemia y que, por tanto, la fecha del 10 de mayo que tenía como límite para liberarse no era válida.
Varias pistas hicieron pensar en el terremoto del 25 de agosto. Eric Abidal había dimitido por sorpresa sólo horas después de que el Barça anunciase que la "profunda reestructuración" de la primera plantilla. Tal vez, no quería pasar a la historia como el secretario técnico que estaba al frente del Barça cuando se marchó Messi. Además, Ansu Fati había dejado a su representante, Rodrigo Messi, hermano del argentino, y se había puesto en manos de Jorge Mendes. Pero, sobre todo, sorprendió la manera en la que Ronald Koeman habló de Messi en su presentación. "No sé si lo tengo que seducir o no", empezó. Y luego dejó claro en al menos un par de ocasiones que Messi tenía un año más de contrato. De la reunión Messi-Koeman no trascendió demasiado, pero el jugador le había dicho que quería irse.
Messi estuvo una semana sin aparecer por los entrenamientos, su manera de escenificar que no se sentía jugador del Barça. Pero ningún club se atrevió a dar el paso de fichar al jugador y arriesgarse a ir a los tribunales y tener que pagar una indemnización que podía llegar incluso a los 700 millones de euros. El 4 de septiembre, concedió una entrevista a Goal.com en la que anunció su continuidad y trituró a Bartomeu. Le acusó de mentiroso y desaprobó su gestión: "Hace tiempo que no hay proyecto ni nada, se van haciendo malabares y tapando agujeros a medida que pasan las cosas"
Messi continuó pero el burofax tuvo consecuencias institucionales, puesto que provocó que se activase un voto de censura contra el presidente. Pese a que el Barça anunció el 10 de septiembre que las elecciones a la presidencia de 2021 se celebrarían los días 20 y 21 de marzo, el 31 de agosto, el precandidato Jodi Farré recogió las papeletas oficiales del voto de censura. Nadie creyó en la plataforma Més que una Moció, pero el 17 de septiembre, el Barça confirmó que, pendientes de la validación, los tres precandidatos (Farré, Font, Alá) y ocho grupos de opinión, habían recogido 20.687 firmas. Bartomeu anunció el 19 de septiembre que no dimitiría, pero el 27 de octubre, tiró la toalla y dimitió.
En diciembre, Messi concedió otra entrevista a La Sexta en la que se mantuvo firme. Cuando Jordi Évole le preguntó si volvería a enviar el burofax, contestó: "Sí, porque fue una manera de hacerlo oficial. En los últimos seis meses le dije al presidente que me iba, pero él me decía que no y lo quise hacer oficial". Messi pareció ir cambiando de opinión. No conectó mal con Koeman, se fotografió ejerciendo su derecho al voto como socio del Barça junto a uno de sus hijos, ganó la Copa y observó complacido la vuelta al poder de Laporta. Pero nada eso sirvió. Un año después, Messi está en París. Cuando dices que te vas, es que ya te has ido.