Williams endereza el rumbo
“Las evoluciones de Spa funcionan”, dice Vowles. Sainz mira a Budapest: “Si allí fuéramos competitivos, podríamos serlo el resto del año”.


Las sensaciones siempre han sido buenas, pero no hay deporte más resultadista que la F1. Carlos Sainz fue sexto en el esprint de Spa, un amable paréntesis en esta temporada de remates al poste, pero el naufragio en la carrera principal (18º) empañó los brotes verdes en el Williams. Albon fue sexto, y la fábrica de Oxford sumó dobles dígitos por cuarta vez en 2025 para consolidar su quinta plaza en el Mundial de fabricantes. Pero Carlos apenas ha contribuido a esa cuenta (16 puntos) en comparación con la enorme aportación del tailandés (54). Y lo más difícil de aceptar es que la diferencia de ritmos entre un piloto y el otro ha sido mínima, y no necesariamente con ventaja para Albon.
El FW47 ha destacado en circuitos de alta eficiencia, muchas rectas y paquetes aerodinámicos de media o baja carga aerodinámica. Volaron especialmente en Miami e Ímola, pero son dos escenarios en los que Williams cometió errores flagrantes con Sainz en forma de estrategias erróneas o planteamientos equivocados. Allí Albon hizo buena parte de su botín. También en Australia, en una carrera pasada por agua con accidente temprano de Carlos. Y de nuevo en Bélgica, acertando con el ‘set-up’ para la carrera principal cuando en el otro lado del garaje se cometía el error de buscar un cambio de reglajes por la previsión de lluvia.
El propio Carlos lo asume: “Me quedo parte de la culpa por haberme equivocado en la dirección del ‘set-up’ y en el alerón trasero de lluvia. Pero esto es un equipo. Entre todos cometemos errores que no nos permiten hacer un buen fin de semana completo, aunque también, pero me llevo el buen sabor de boca del esprint y la clasificación del esprint. La próxima vez no inventaré con el ‘set-up’, me quedaré con el del esprint y estaré en condiciones de puntuar”.
También es positivo que Williams introdujera las primeras (y únicas) evoluciones relevantes de 2025, con retoques en los filos del fondo plano y el área de los pontones, y fueran aparentemente bien. James Vowles, jefe de la escudería, manifestó: “Es un buen signo que el paquete funciona. Fue un fin de semana fuerte y aunque la pelea está apretada, tenemos muchas ganas en las próximas carreras, donde también rendiremos”.
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Para Sainz: “La mejora parece que ha funcionado, aunque también hace el coche un poco más complicado de llegar y hace la ventana de trabajo del coche algo más pequeña. Nos da algo de prestaciones, pero Budapest será un buen test, porque es un circuito que sobre el papel no nos va nada bien. Si allí conseguimos ser competitivos, ojalá quiera decir que podemos serlo en el resto del año”. Se van acabando los escenarios para dar un verdadero golpe en la mesa en su primera campaña con el Williams. No parece que Hungría sea el lugar más propicio, aunque tras el parón del verano aún vienen pistas en las que Sainz ha sacado siempre un extra, y Williams también. Como Monza.
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