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DAKAR | DIARIO DE UNA ROOKIE

Un café con Nasser

El qatarí atendió a un grupo reducido de la Prensa española alrededor de una hoguera, para compartir costumbres y un rato de conversación tras una jornada caótica.

Haradh (Arabia Saudí)Actualizado a
Un café con Nasser

No hubo imágenes para nosotros, ya habíamos visto suficientes (y no agradables) durante la mañana. Primero con Barreda y más tarde con un Carlos Sainz que, al igual que el castellonense, se despedía del Dakar tras un vuelco que no afectaba en el resultado final, pero sí en la moral. El piloto de Audi se despedía mientras que Al Attiyah, completaba su propia carrera sin complicarse la vida, para seguir andando pasos hacia un nuevo Touareg. El día concluyó para el qatarí con el trabajo bien hecho, llevó a cabo todas sus rutinas posteriores a bajar del coche y acabó compartiendo tiempo alrededor de una hoguera con un grupo reducido de Prensa española al que más tarde, se unieron también algunos argentinos.

Descubrimos la versión más cercana de un piloto que cambia por completo una vez se quita el casco. Fue el último en acudir, pero en ningún momento descuidó a todos los invitados que le esperábamos para una charla que comenzó siendo distendida. Más tarde hubo tiempo de encender la grabadora, pero entre medias probamos un café que pese a haber sido elaborado en el desierto dejaría en evidencia a más de una cafetería. Acompañamos la bebida con unos dátiles recubiertos de esa crema de cacahuete que tanto echo en falta durante el desayuno y aprendimos, que estos siempre se deberán consumir de manera impar. Costumbres. Y risas, durante el final de una jornada donde Nasser no ocultó su cansancio, lució una camiseta de la selección Argentina y se marchó para descansar Fue un buen día.