Mucho Bagnaia y remontadón de Martín hasta el podio

Intenso esprint de MotoGP, uno más, con sobresaltos en casi todas las posiciones, menos en las relativas a las de la victoria y el segundo puesto, porque ahí no hubo baile ni cambio de puestos entre Francesco Bagnaia y Brad Binder. Y es que Pecco es mucho Pecco al manillar de una Ducati que tiene muy por la mano y en una pista tan favorable a la moto italiana como es esta del Red Bull Ring austriaco. Lideró de principio a fin, pero a espaldas del campeón sí que hubo chicha, con varias guerras de guerrillas en las que Jorge Martín se libró en un principio milagrosamente de sanción. Sin embargo, pasadas las siete los Stewards le penalizaron, por conducción irresponsable en la curva 1, donde se organizó una montonera, y que le obligará a hacer una vuelta larga en la carrera del domingo.

La primera conclusión que dejó la salida es que Maverick Viñales continúa teniendo un importante punto débil en ese punto. El de Aprilia partía segundo y, además de pasarle por los dos lados las KTM de Binder y Miller, que arrancaban tercero y cuarto, se quedó en medio del follón que hubo en la primera curva. Al llegar a la primera frenada, hubo un toque entre Martín y Quartararo, que a su vez tocó a Maverick y, a partir de ahí, la montonera que dio en el suelo con Bezzecchi, Zarco y Oliveira, además de salidas de pista de Bastianini y Quartararo.

Martinator sobrevivió como pudo a ese primer incidente y en tres curvas había ganado seis plazas, porque partía duodécimo y se situaba sexto. Era el comienzo de un remontadón que le acabaría llevando hasta la tercera plaza, algo difícil de imaginar antes de que se apagara el semáforo rojo y que peligró tras la pasada que le hizo a Marini...

El hermano de Rossi, que presenció la carrera a pie de pista, marchaba tercero cuando le superó Martín en la séptima vuelta al llegar a la curva dos, la del inicio de la chicane. El español le había ganado el sitio al italiano, pero hubo un toque entre ambos, porque ninguno cedió, y acabó Luca en el suelo. Jorge dijo después que se temió una posterior sanción y que tiró con todo por si le metían con la carrera acabada una pena de tres segundos, pero ahí el Panel de Comisarios entendió que era un lance de carrera. Bien hecho. Lo que cuesta más entender es que luego sí castigaran a Quartararo con una vuelta larga en la caída de Savadori, al que había pasado por dentro. Penaltito, penaltito, muy difícil de entender.

Al final, la distancia en meta entre los tres primeros fue amplia, porque Bagnaia le sacó dos segundos a Binder, éste tres a Martín y el del Prima Pramac poco más de tres a Álex Márquez. Tras deshacerse de Miller, nadie inquietó al pequeño de los Márquez, y sí que tuvo más difícil el australiano conservar la quinta plaza. De hecho, queda la sensación de que con una vuelta más hubiera dado cuenta de él un enorme Pol. El pequeño de los Espargaró arrancó 13º y terminó sexto, con lo que ganó diez posiciones en el segundo esprint de su vida. Aún no está recuperado del todo de las graves lesiones que tuvo a principipo de año y ya empieza a asomar entre los mejores. Bravo por él.

Al de GASGAS le siguieron las dos Aprilia oficiales, con Aleix por delante de un Maverick que recuperó desde la decimocuarta plaza a la que quedó relegado tras la montonera inicial. De haber salido bien, se habría evitado todo el caos, porque demostró buen ritmo. Habrá que contar con él para la carrera de mañana, seguro.

El que se quedó a las puertas de puntuar fue Marc Márquez, que con su décimo puesto final remontó ocho posiciones desde la parrilla. Se espera mucho más de él, evidentemente, pero es lo que hay hasta que no disponga de una Honda mejor de la que tiene ahora.