La tragedia se ceba con las categorías pequeñas
Las últimas muertes en el motociclismo comparten denominador común: atropellos en unas parrillas igualadas y en ocasiones muy pobladas.
La muerte de Victor Steeman golpea una vez más al mundo del motociclismo y se ceba con las categorías pequeñas, en las que jóvenes promesas buscan su hueco en unas parrillas en ocasiones demasiadas pobladas de adolescentes que compiten en condiciones de extrema igualdad. Esto llevó a Dorna y a la FIM a tomar medidas por el incesante número de tragedias en los últimos años, especialmente desde 2018. Y todas con un denominador común, pilotos que se van al suelo y son embestidos por otros que nada pueden hacer por evitar los atropellos.
Andreas Pérez, de 14 años, perdió la vida en junio de 2018 en la carrera de Moto3 del FIM CEV Repsol. En la curva 5 del Circuit Barcelona Catalunya se cayó y fue embestido por otros pilotos. Fue atendido en el mismo circuito por los servicios médicos y evacuado rápidamente en helicóptero al Hospital Sant Pau de Barcelona. “Fue un lamentable accidente, tenía todo el futuro por delante”, dijo el tío del chaval tras el desenlace.
La misma edad de Andreas tenía Marcos Garrido, caído en Jerez en marzo de 2019 cuando corría en la categoría SSP 300 del Campeonato Andaluz de Velocidad. El piloto del equipo Cardoso Racing se vio involucrado en un accidente durante la vuelta seis (carrera programada a diez vueltas) entre las curvas dos y tres del trazado andaluz en el que otra moto le atropelló. Fue rápidamente atendido por los servicios médicos del Circuito, que decidieron el traslado urgente al Hospital Universitario de Jerez, donde falleció casi una hora después de su ingreso.
En mayo de 2021 la fatalidad regresó a los circuitos. Jason Dupasquier, suizo de 19 años (7-9-2001) se cayó durante la Q2 de Moto3 del GP de Italia, a la salida de la curva 9 de Mugello, de nombre Arrabbiata 2 y fue atropellado por otro piloto. Fue trasladado en helicóptero desde el mismo asfalto en el que quedó tendido a un hospital de Florencia, para ser operado en estado de gravedad de un edema cerebral y un fuerte y peligroso traumatismo en el tórax.
Dos meses más tarde otra vida se perdía sobre el asfalto. Hugo Millán, de 14 años, falleció en Aragón por las lesiones que le provocaron el grave accidente sufrido en la carrera de la European Talent Cup en el circuito de Alcañiz. El onubense, que llegaba segundo de la clasificación de esta categoría a la quinta cita de la temporada del FIM CEV Repsol, se fue al suelo en la segunda vuelta de la carrera y se quedó en medio de la trazada. A tratar de salir por su propio pie del asfalto, fue atropellado por otro piloto que nada pudo hacer por evitarle.
En septiembre de 2021 se repitió la historia, con el deceso de Dean Berta Viñales, familiar del piloto de Aprilia Maverick Viñales. Faltaban tres vueltas para el final de la prueba de SSP300 cuando se produjo un accidente múltiple en la curva uno del trazado andaluz en el que se vieron implicados varios pilotos. El peor parado fue Dean, golpeado por varios pilotos que venían por detrás. Las mismas circunstancias en las que perdió la vida Victor Steeman tras caerse el pasado sábado en Portimao.
Tras el accidente de Berta Viñales Dorna y la FIM se pusieron manos a la obra para evitar situaciones trágicas en los circuitos. Se elevó la edad mínima para correr tanto en las pruebas mundialistas como en las copas de promoción (se pasó a 15 años en el CEV, 16 en SSP300 y 18 en Moto3 y Moto2 a partir de 2023) y se redujo el número de pilotos por parrilla. En el accidente de Dean tomaron la salida 42 pilotos, un número excesivamente elevado para una categoría pequeña y tan igualada en la que todos los pilotos van sobre monturas de 300 cc, de unos 140 kilos y que alcanzan velocidades de unos 190 km/h. El pasado sábado 31 pilotos fueron de la partida.
Además, desde entonces se trabaja en aumentar la seguridad de todos los que están en la pista comunicando a un piloto o una moto que se ha producido una caída por delante lo antes posible. Una medida, en cualquier caso, que no hubiera evitado muchas de las muertes anteriormente descritas, ya que los caídos son atropellados o golpeados por pilotos que van inmediatamente pegados a sus ruedas traseras, con distancias entre ellos mínimas