Canet: “Represento un sector del que estoy orgulloso”
“La pajarita representaba a un sector que no está muy respetado por la sociedad”, por su aspecto “de primeras, impactas y dicen de ti que eres un delincuente”.
Hasta 70 carreras de Moto2 ha necesitado Arón Canet para conseguir su primera victoria mundialista en la categoría intermedia, pero ya la tiene. Llegó en Portimao y el valenciano de Corbera, enrolado este año en el equipo Fantic Racing, está convencido de que vendrán más. Interesante cuando explicó lo de la pajarita que se ponía antes para los podios y que rompió con AS en Japón hace dos años, porque siente que representa a los que miran mal por su aspecto.
-Qué felicidad verle ganar por fin en Moto2.
-Ya te digo. ¿Sabés lo mejor? En 2022, quedamos con un amigo mecánico de Almería en que si ganaba una carrera se fumaría un puro y se dejaría bigote. Parece ser que el puro se lo comió un gusano que se llama José Ramón y se convirtió en mariposa, así que tenemos que coger otro puro. Estoy muy feliz, sobre todo de cómo ha mejorado todo a nivel mental, de estar concentrado toda una carrera liderando.
-Ya era hora que la suerte se aliara con usted también. ¿Hubiera podido ganar también sin la caída de Alonso y sin la sanción a Aldeguer?
-Sí, porque sé el potencial que tengo este año y a lo que puedo optar. Yo no salgo a carrera pensando que los otros son mejores que yo. Sé que tal vez no gane o no haga podio, pero yo este año he dado un salto de confianza en mí.
-En la tele ha dicho que se inspira en el estilo de Lorenzo…
-Yo fui el primero en decir que parecía prepotente, pero me quito el sombrero y olé por él. Parecía prepotente de lo claro que lo tenía y y nos tapaba la boca a todos. Era confianza en él mismo. Tal vez Márquez tenía más talento y Rossi, más experiencia, pero él decía: “Aquí estoy yo y por mis tal que lo hago, voy a trabajar y voy a hacerlo”. Lo tenía muy claro aunque pareciera prepotente, pero no lo era. Era egocéntrico y eso le daba la confianza de salir diciendo que iba a ganar, y ganaba.
-¿Quiere ser así?
-No, tampoco. Voy aprendiendo, pero no puedo ser Jorge porque soy Arón. No tiene nada que ver, pero es un referente. Intento aprender eso de Jorge.
-¿Cómo lleva eso a la pista?
-No es plasmarlo en pista, es la mentalidad.
-Pero ha cambiado la forma de trabajar en la pista.
-Sí, ha cambiado, pero eso no es cosa mental sino trabajo del equipo. Hago simulacros de carrera para entender las gomas y es lo que nos ha dado aquí poder gestionar muy bien y saber en qué momento se podía apretar.
-¿Ha cambiado mucho la película con las Pirelli?
-Sí, totalmente. Las primeras 15 vueltas iba tranquilo y luego he apretado.
-¿Se ha quitado un peso de encima ganando por fin en Moto2?
-Yo no lo pienso, pero de tanto que te lo dicen... Si te dicen lo mismo 25 ó 30 veces, al final te lo crees y te pones peso encima. Era el mismo ganando en Qatar que sin ganar y aquí soy el mismo ganando que sin ganar.
-¿Le ha preocupado que le pasara algo en las últimas vueltas?
-A ver, las dos últimas vueltas sí que un poco y me decía que no la liara, que me iban a llamar inútil. Cuando me he puesto primero, la sensación ha sido muy bonita, porque ha sido como cuando era pequeño, que era centrarme en mí y tirar. Y quien quiera cogerme, que me coja. Eso no me pasaba los dos años anteriores, cuando me ponía primero y me cagaba la pata del macho.
-¿Lo del gesto en la curva de entrada a meta?
-Eso me ha salido. No voy a mentir.
-¿Esto le empujará a cotas mayores?
-Yo eso ya lo pensaba. ¿Aquí se viene a pasear o a ser segundo? Hasta el último quiere ser campeón. Ahora estoy líder, pero como si estoy tercero. Es la segunda carrera. Dejarme ganar cinco carreras y hablamos. Es muy largo. He perdido cuatro mundiales ya.
-Hace dos años que rompió la pajarita con la que iba a celebrar su primera victoria en Moto2… ¿Qué diría de haberla sacado aquí?
-Me equivoqué cuando te expliqué lo que quería decir la pajarita. Me tocaba las narices cuanto tenía 21 años, pero con 24 maduras y te da igual. Es normal y cada uno es libre de opinar. La pajarita representaba a un sector que no está muy respetado por la sociedad, que es cuando vas tatuado o tienes piercings o el pelo rosa. De primeras, impactas y dicen de ti que eres un bandido o un delincuente. Parece que te tienes que poner una pajarita para que vean que eres buena persona, y no es así.
-¿Le da igual ya que digan lo que quieran?
-Sí. Cuando tienes 21 años te toca un poco la moral, pero ahora no. Alcarria me dijo que si me ofrecieran algo por quitarme los tatuajes del cuello, si me los quitaría. Ahora mismo, no, porque estoy representando un sector del que estoy orgulloso. Me da exactamente igual. Respeto la opinión que tengan hacia mí, aunque sea negativa, pero me da igual.
-¿Cómo estará ahora Alcarria?
-Pues subiéndose por las paredes y diciendo: “El cabrón éste va y gana a una carrera que no voy yo, después de nueve temporadas en el Mundial con él”.
-¿Le dejará volver a su lado en el paddock?
-Viene a Austin y, como no gane allí, ya no vuelve más.