Aspar: "Un orgullo formar parte de la historia de Nieto y Rossi"
Hoy se cumplen 40 años de la primera carrera en GP de Aspar, con una Bultaco de 50cc en el Jarama que le proporcionó el inolvidable Ricardo Tormo.
Hoy, 23 de mayo de 2022, se cumplen exactamente 40 años de la primera carrera de GP de Jorge Martínez, 'Aspar'. El tetracampeón del mundo continúa ligado al Mundial al frente de su escudería, que está presente en las categorías de Moto2 y Moto3, cuatro décadas después de que debutara en el Jarama con una Bultaco de 50cc que le había proporcionado el inolvidable Ricardo Tormo. El de Alzira hace balance para AS en una fecha que, a sus 59 años, le hace ilusión.
-¿Qué recuerdo le viene a la cabeza del 23 de mayo de 1982?
-Mirar hacia atrás y acordarme de esa fecha es ver a un niño que lo que quería era correr en el Mundial de motos. Ahí ya era campeón de España, pero soñaba con llegar al Mundial y ese día fue mi primer gran premio, en el Jarama. Ricardo Tormo me dejó su moto, su Bultaco 50cc del campeonato del mundo para que pudiera correr, y fui sexto en mi primera carrera en el Mundial.
-¿Contra quién corría?
-Gana Dorflinger por delante de Lazarini.
-¿Recuerda detalles de la carrera?
-Hace la friolera de 40 años de aquello y era todo un sueño hecho realidad para mí. Yo estaba en una nube, con pilotos que eran ídolos para mí. Aparte de Ricardo Tormo, con el que ya tenía relación, estaban en el Mundial pilotos como Ángel Nieto, Barry Sheene o Kenny Roberts. Yo alucinaba viendo a estos pilotos sólo en las revistas, así que estar en el mismo circuito que ellos…
-Ahora sería inimaginable que un piloto le dejase una moto a otro para que corriera su primer GP. ¿Cómo surgió aquel detallazo de Tormo?
-El año anterior, en el 81, fui campeón de España de 50cc y subcampeón de 125cc, con motos que me dejaba Ricardo, y creamos una estructura para mí para el Mundial. Ricardo había fichado como oficial de Kreidler, pero la marca alemana quebró, hizo suspensión de pagos y Ricardo se quedó sin moto, con lo que compartimos la estructura que se había hecho para mí. Hicimos encaje de bolillos para ese año.
-Empieza sexto y a partir de ahí crece y crece hasta ganar cuatro títulos… ¿En qué momento se da cuenta de que se va a tirar 40 años en el Mundial?
-(Sonríe). En ningún momento. Nunca imaginé que estaría 40 años en el Mundial. Ni en el mejor de mis sueños había imaginado que 40 años después seguiría aquí, con el equipazo que tengo, y que haría tantas cosas como he hecho, como piloto, que para mí es lo más grande, y luego al frente de la estructura que tengo.
-¿Qué ha sido lo más duro de este largo camino?
-Lo más duro, sin duda, las caídas y las lesiones. Y también algún charco que hemos pisado.
-¿Se puede decir abiertamente que es un tipo al que le han arruinado en un par de ocasiones y que se ha tenido que levantar de nuevo desde abajo?
-Bueno, sí. Yo soy un autodidacta y un luchador. En el año 93 y 94, que venía de ser campeón del mundo y de una situación espectacular, me metí en algunos negociones que no salieron nada bien y tuve una persona que hizo todo lo posible para fastidiarme, pero no es momento de hablar de eso. Prefiero quedarme con que han sido increíbles estos 40 años y que jamás pensé que pudiera ganar cuatro títulos como piloto y diez como equipo, de diferentes categorías. Me siento un privilegiado por hacer mi vida de mi afición y llevar 40 años en este mundo.
-¿Lo más satisfactorio es la primera victoria, el primer título o el doblete de 1988?
-En la parte piloto, sin duda que el doblete del 88 es algo increíble. A los jóvenes les digo ahora que yo estuve tres años, del 88 al 90, corriendo dos categorías el mismo día y no se lo creen. Recuerdo que en Le Mans, en el año 90, hice 125 y 250 con un calor impresionante, siendo muy complicado y difícil. Eran otros tiempos.
-¿La persona que más le marcó todo ese tiempo?
-Hay que dar las gracias, en mayúsculas, a un millón de personas que han creído en mí y me han ayudado. No es una persona en concreto. Claro que hay nombres muy importantes, como Ricardo Tormo o don Ángel Nieto o Adrián Campos. Creyeron muchos en mí cuando yo era un niño que empezaba y la frase es: Gracias a todos los que creyeron en mí. Hay muchísima gente que me ha ayudado.
-No hemos reído más de una vez con su anécdota del collejón que se llevó de su padre cuando se enteró que había participado en su primera carrera, algo que le ocultó. Luego le vio crecer en este mundo y ganar mucho. ¿Qué le dijo después?
-(Sonríe). Mis padres jamás vinieron a verme correr, nunca.
-Igual que ahora, que los hay que se atreven hasta a dar instrucciones técnicas…
-(Risas). Hay de todo. Volviendo a mis padres, ellos veían las carreras grabadas en vídeo, y fue muy bonito el nacer en una familia humilde y empezar de cero. En mi casa no querían que corriese, pero fui muy cabezota y poco a poco les convencí. Me acuerdo de muchas anécdotas con mi padre. Él me preguntaba a qué me dedicaba y, cuando le contestaba que yo corría en moto, él me decía que no, que lo que hacía era pasármelo bien y que ganaba más dinero que él, y eso era algo que no podía ser. (Risas). No lo entendía.
-¿Con qué década se queda de las cuatro que ya ha vivido en el Mundial?
-Cada una tiene su parte bonita, pero sin lugar a dudas me quedo con la de los 80, porque era mucho más auténtica, más real. No dábamos importancia al dinero. Vivíamos por y para esto. Dormíamos en cualquier lugar. Era una pasión total, y con un compañerismo bestial en el paddock, que se ha ido profesionalizando y perdiendo eso. El Mundial de hoy es increíble e inimaginable hace 30 años, con una imagen brutal a nivel mundial y una televisión espectacular, pero me quedo con la esencia de esos primeros años.
-¿Cuál es la figura más importante que ha visto en el campeonato en este tiempo?
-Es difícil decir una.
-Le dejo hacer un podio.
-A nivel de organización, Carmelo Ezpeleta es el que ha hecho que el Mundial sea lo que es, Dorna, y a nivel de pilotos, don Ángel Nieto, Valentino Rossi y Giacomo Agostini. Ellos tres son para mí los más grandes de la historia.
-¿Uno de sus grandes honores es haber jubilado usted a Nieto y que Rossi le jubilara a usted?
-Sí, hombre, es que es algo muy bonito que parece que ni escrito. Nieto para mí era un Dios y en el año 86 yo soy campeón del mundo por primera vez y él se retira, y luego yo me estoy pegando en el Mundial diez años después y llega un niño llamado Rossi que su primera victoria la consigue ante mí, en Brno 96, y en su primer título mundial, en el 97, yo me retiro. Fue como cerrar el círculo y un orgullo haber podido formar parte de esa historia, un orgullo haber corrido contra ellos dos, de los más grandes de todos los tiempos
-¿Qué le queda por hacer aquí y para cuánto más tiene cuerda?
-No tengo fecha de retirada. Mi fuerza es tener ilusión y salud. Mientras tengo eso voy a seguir aquí dentro todo lo que pueda, porque es lo que me mantiene vivo y joven. Sigo luchado y me sigo emocionando y cabreando.
-Y poniéndose nervioso.
-Sí, muchísimo, y eso es bonito, porque significa que me importa. Si no pasase eso me iría a casa.
-¿Cómo le gustaría que le recordasen el día que ya no esté en el Mundial?
-Como un luchador, y como una persona que ama y le gusta la moto.
-Así le conocí yo, porque en su fase final como piloto perdía en las rectas lo que ganaba en unas frenadas increíbles, a base de lucha.
-(Sonríe). Tuve algunos errores eligiendo alguna moto, pero bueno. Y también tuve la desgracia de que Michelin se retiró dos veces y me dejó tirado en el año 90 y en el año 97. Eso también afectó bastante a los resultados, pero el balance global es muy bueno. Sigo siendo el cuarto piloto más importante de la historia de España por títulos y el decimoquinto del mundo de todos los tiempos. Para mí es más que suficiente y jamás pensé ganar tanto.
-Pues déjeme añadir para terminar a lo de luchador que también es una gran persona.
-Muchísimas gracias.
-A usted siempre y a por más.
-Un placer.