La meteórica carrera de Acosta
Tras ganar la Red Bull Rookies Cup, iguala el hito de Capirossi de ser campeón del mundo en el debut mundialista, el número 22 para España.
Pedro Acosta ya había hecho historia en el Mundial de motos antes de proclamarse hoy campeón del mundo de Moto3 con sólo 17 años y 166 días, sólo un día más de la edad con la que Loris Capirossi estableció el récord de precocidad como campeón del mundo en este campeonato. En lo que el español sí iguala al italiano es en el hito de campeonar al primer intento, en su año de debut, lo mismo que hizo Capirex en la categoría de 125cc en 1990.
A diferencia del tricampeón, porque también ganó un título de 250cc, el Tiburón de Mazarrón subirá el próximo año de categoría, a Moto2, mientras que Loris se quedó un año más en el octavo de litro y repitió título. Su padre, Pedro Acosta, decía el sábado en Portimao antes de que se coronara que "su título ya es haberse ganado este año un contrato para subir a Moto2 y en tres años a MotoGP, que es donde todos quieren llegar". Y es que KTM le quiere en sus filas para los restos, si fuera posible.
Así de meteórica es la carrera de Acosta, que ni siquiera cumplida su primera temporada en la clase pequeña ya se había ganado un hueco en la clase reina de la mano de la fábrica austriaca. No se ha hecho oficial nada más que su paso al equipo Red Bull KTM Ajo de Moto2, pero está programado también el salto a MotoGP para la temporada 2024. Se lo ganó con un inicio de año brutal. Se estrenó en la cita de Qatar 1 con un sorprendente segundo puesto que suponía su primer podio mundialista, por detrás de su compañero, Masiá. A continuación, ganaba su primer GP en la cita de Qatar 2 y saliendo desde el pit lane, increíble, para proseguir con victoria en Portimao 1 y en Jerez. Eso le permitía encadenar cuatro podios consecutivos en sus cuatro primeras carreras, algo que no había hecho ningún piloto a lo largo de toda la historia mundialista. Además, se convertía en el piloto más joven de la historia, con 16 años, capaz de ganar tres carreras de manera consecutiva.
El resto de la temporada deparó alguna alegría más, como las victorias de Alemania y Austria 1, para ir marcando a García, que se convirtió en su principal rival antes de que finalmente lo fuera Foggia. El italiano firmó un último tercio de temporada espectacular, con un recorte de 76 puntos en las seis carreras previas a Portimao, pero al final ha tenido que hincar la rodilla ante un Pedro Acosta que le da a España su título número 55 (sólo Italia tiene más con 79) y le convierte a él en el 22º campeón español. Entra así en el club en el que ya estaban Nieto (12+1), Marc Márquez (8), Lorenzo (5), Aspar (4), Pedrosa (3), Crivillé, Mir, Pons y Álex Márquez y Tormo con dos, Elías, Pol, Rabat, Alzamora, Bautista, Simón, Terol, Maverick, Martín, Arenas y Herreros con uno.
Y todo esto, claro, no es fruto de la casualidad. Es fruto de empezar a los cinco años a dar gas en la escuela de su mano derecha, e izquierda, Paco Mármol en Cartagena, de forjarse en la Cuna de Campeones y curtirse en la Red Bull Rookies Cup, en la que fue segundo en 2019, por detrás de Tatay, y ganarla en 2020, y en el FIM CEV Repsol, en el que fue tercero el año pasado por detrás de Guevara y Artigas, hoy compañeros suyos de una parrilla mundialista que dejará como campeón el próximo año, para enrolarse de nuevo como naranjito pero ya en Moto2. Acosta llegó al Red Bull KTM Ajo de rebote, porque iba a correr con el equipo Prustel, pero el salto inesperado de Raúl Fernández a Moto2 le hizo un hueco en la formación naranja que le ha llevado al trono en su primer intento. Impresionante.