Márquez lidera en mojado y en seco en el arranque texano
El sheriff, con seis victorias en el circuito de COTA, muestra su candidatura a un nuevo triunfo al dominar por la mañana y por la tarde, con 0.015 sobre Miller.
Vale el inicio de la crónica del FP1 del GP de Las Américas de MotoGP para el arranque de la del FP2. Y decía así: Las seis estrellas que luce Marc Márquez en la gorra que estrena en este GP de las Américas no son por casualidad ni fruto de la inspiración de ningún diseñador. El del Repsol Honda se ha ganado cada una de esas estrellas a pulso en el circuito de Austin, Texas, y representan cada una de las seis victorias que suma en esta pista, tras ganar ininterrumpidamente en MotoGP de 2013 a 2018, ambos años inclusive. Sólo falló en 2019, cuando se cayó mientras lideraba, y ahora, en el regreso al circuito texano al calendario mundialista, tras la ausencia del año pasado por la pandemia, el ocho veces campeón del mundo ha mostrado su candidatura a una nueva victoria este domingo desde el primer día.
El del Repsol Honda ha liderado tanto en seco como en mojado. En el FP1, con el asfalto empapado por la lluvia caída durante la noche y a primera hora de la mañana, el ilerdense había parado el crono en 2:15.872, que le ha dado una ventaja de 0.167 sobre Jack Miller. En el FP2, con el asfalto ya seco y aún con los baches más latentes que por la mañana, de nuevo el #93 ha sido el más rápido en la pista texana, esta vez con 2:04.164 y de nuevo por delante del australiano, que esta vez se ha quedado a sólo 0.015 del mejor.
El asfalto está muy bacheado y el reasfaltado a base de parches ha dejado en algunas zonas una pista más zona de motocross que de velocidad, pero está igual de mal para todos y el mejor del primer día ha sido un Marc que es, sin duda, el sheriff de este circuito texano. A su favor juega que se gira en sentido contrario a las agujas del reloj, hacia la izquierda, que es como más le gusta a él y algo que ya le ayudó para regresar a la senda de la victoria el pasado mese de junio en Alemania. En Aragón, su última gran carrera, fue segundo también en un trazado de izquierdas. Y a eso hay que añadirle que aquí va de maravilla desde que fuera un novato, desde que entrenara por vez primera en 2013 y le metiera un churro de diferencia a sus rivales.
De vuelta al presente, la gran incógnita es saber si ese maltrecho brazo derecho le permitirá rodar a tope las 20 vueltas de la carrera del domingo, porque este trazado es de los más exigentes del Mundial a nivel físico, por largo, por tanto cambio de dirección y por tanto bache. De entrada, el pupilo de Alzamora tiene licencia para soñar con su séptima estrella.
Entre los que le presentarán más oposición a Márquez se encuentra un Miller que ha empezado muy bien, en una pista en la que fue tercero en la carrera de hace dos años. En su contra juega que Ducati nunca ha ganado en esta pista, pero también es cierto que la Ducati actual es, probablemente, la mejor o lo más completa y fácil de la historia. Tras él, y hasta completar las diez primeras plazas con acceso directo a la Q2, Quartararo, Pol, Nakagami, Bagnaia, Martín, Zarco, Rins y Bastianini. Más atrás, Mir 13º, Álex Márquez 16º, Rossi 17º, Aleix 19º y Lecuona 20º. Éste último es uno de los tres pilotos que se ha caído, junto a Oliveira y Aleix.
La anécdota de la sesión la ha protagonizado Rins que, una vez más, se ha quedado sin gasolina en su Suzuki en la vuelta de regreso a boxes y, como tantas otras veces, le ha remolcado Miller, con la clásica maniobra de poner el pie en el estribo contrario para empujarle. Otras veces, como en Australia hace años, le llevó de paquete. Aquí no ha hecho falta y el nuevo papá de la categoría, cuyo hijo Lucas nació la semana pasada, pudo llegar a su box a lomos de su montura.