MOTOGP

Puig: "Honda haría cualquier cosa por Marc Márquez"

"Además de su habilidad para ir en moto, también es inteligente. Quiere tener un equipo como una familia", afirma el catalán sobre el octacampeón.

MotoGP

El 8 de julio de 1995 es una fecha que nunca podrá olvidar Alberto Puig. El entonces piloto de la escudería Fortuna Honda Pons salió por orejas en plena sesión de clasificación del GP de Francia 1995 después de meter sexta velocidad, en lugar de quinta marcha, en la curva Dunlop del legendario trazado de Le Mans y perder el control de la parte delantera de su Honda NSR.

Un durísimo golpe, primero contra el asfalto y posteriormente contra un guardarraíl, a 260 kilómetros por hora que le provocaron una fractura de tibia y peroné. Una gravísima lesión, que dos años más tarde y un sinfín de viajes entre España y Estados Unidos después terminó con su carrera deportiva en el Mundial de MotoGP, que Puig ha rememorado en una entrevista en 'Motorsport Magazine'.

Los médicos le pusieron una tibia de una vaca para salvar la pierna

"Todo lo que había en la pierna estaba destrozado, los nervios se cortaron, el tobillo y todos los dedos del pie están fusionados. Perdí todo el músculo y luego la tibia se infectó", afirma el primer español capaz de ganar en Jerez de la Frontera en la clase reina antes de confesar que el alcance del mal óseo fue de tal magnitud que le tuvieron que quitar este hueso y ponerle uno de vaca: "Me tuvieron que quitar la tibia y me pusieron un injerto de una vaca. Mi pierna es de vaca, ¡es una locura! Me operaron dos veces y finalmente comprendí que ya no podía ser competitivo porque la pierna sólo me funcionaba como un palo".

El de Barcelona asegura que una vez retirado de la competición tuvo que cambiar su carácter para conseguir inculcar a los jóvenes talentos que formaba una mentalidad luchadora: "Tuve que cambiar completamente mi carácter. Esos chicos no sabían nada, así que en lugar de guardar todo lo que sabía para mí, se lo di a ellos. Hacer eso te da la oportunidad de olvidarte de ti mismo y aun así obtienes una gran recompensa cuando ves a estos chicos ganar. Iba a entrenar con ellos, porque para que los niños te respeten deben decir ‘joder, este tipo es viejo y está lesionado, pero se esfuerza mucho’, esto es lo que siempre traté de darles. Debían tener la mentalidad de un tipo que entra a trabajar a las seis de la mañana en una fábrica. Para ser un piloto a veces hay que ser un idiota. Sólo tienes que correr con la moto y si piensas demasiado retrasas todos los procesos, el tiempo por vuelta nunca llega. Por supuesto que estaba frustrado, pero mi carácter natural no me permite mostrar lo que siento".

Marc Márquez es muy familiar con su equipo en el Repsol Honda

Por último, Alberto Puig admite lo fácil que resulta trabajar con Marc Márquez, ya que además de ser muy rápido sobre el asfalto, siempre trata de crear un ambiente familiar en el garaje del Repsol Honda: "Decidí seguir adelante, pero siempre pensando que debía intentar seguir en el entorno de las carreras. Acepté el trabajo de team manager del Repsol Honda porque entendí que podía hacerlo. Conozco este mundo y tengo una gran red de contactos porque he estado aquí toda mi vida. Mi enfoque siempre ha sido ser serio, hablar con la gente y, como director de equipo, tratar de ser egoísta con tu equipo. Lo que sea bueno para el equipo, trato de conseguirlo. Creo que este es un principio que debes tener. Con Marc Márquez todo es de otro planeta. Obviamente, desde el punto de vista de la competición, es un animal. Cuando se pone el casco y sale a la pista sabes que va a pasar algo, algo especial. Sabes cuándo le hablas que no está jugando, pero es muy, muy fácil trabajar con él, porque nunca se ha convertido en una superestrella. Además de su habilidad para ir en moto, también es inteligente. Esto es importante. Quiere tener un equipo como una familia y sabe cómo crear un ambiente en su equipo. Pregúntale a cualquiera de su equipo y harían cualquier cosa por él".

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