Mercedes prepara a la bestia

La bestia quiere volver a rugir y con el reloj en plena cuenta atrás para comenzar la temporada 2020 de F1 en Austria, se ultiman los preparativos para llegar a punto a la primera carrera del año. Sus pilotos ya se han subido al monoplaza de 2018, Hamilton y Bottas rodaron en Silverstone hace una semana para dar la bienvenida a la nueva normalidad, y en Mercedes han echado el resto para seguir revolucionando la parrilla como ya hicieron durante los test de Montmeló, antes de que la pandemia atizase al Mundial.

Pese al cierre de fábricas al que obligó el coronavirus cuando arrasó en el Viejo Continente, la escudería de Brackley no ha dejado de pensar y trabajar en un W11 más competitivo con el que seguir dominando el Gran Circo: "Ha pasado mucho tiempo desde que hicimos este coche. Tuvimos todo enero, febrero y marzo para saber cómo hacerlo más rápido y muchas ideas ya estaban en proceso en la oficina de diseño antes de que nos viésemos obligados a cerrar". Así describe James Allison, jefe técnico de Mercedes, cómo afrontaron los meses previos a un parón donde la mayoría del trabajo se enfocó "en el túnel de viento y en los departamentos de diseño". Pero con la nueva normalidad, ¿cuál es el siguiente paso?

“Nuestro objetivo ahora es asegurarnos de que ese tiempo en el que hemos trabajado el desarrollo pueda salir de los bocetos y ser efectivo en el coche lo más rápido posible”, dice Allison, poniendo fecha ya a las primeras actualizaciones: "Esperamos tener una parte de esas novedades en la primera carrera en Austria y el resto lo más rápido que podamos". El mensaje de Mercedes es claro: vuelven para repetir lo de las últimas seis temporadas. De aquí a que llegue un ansiado 5 de julio en Austria, se centrarán en comprobar que todo marcha como en las pruebas de invierno antes de afrontar un desafío donde ha sido Red Bull, con Verstappen al volante, quien ha salido airoso en las dos últimas campañas. Pero a la tercera puede ir la vencida…