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AUTOMOVILISMO |

"Supe que tenía el cuello roto porque mis piernas iban hacia un lado y mi cabeza al otro"

Lee Kunzman, expiloto del USAC y CART, recuerda su tremendo accidente de hace 50 años: "Estaba en llamas y empapado de combustible. Si respiraba, me moría".

Lee Kunzman.

Engañar a la muerte. Lee Kunzman, expiloto norteamericano del Nacional de USAC y la CART, nunca destacó especialmente por sus resultados pese a ser novato del año y participar en varias ocasiones en la Indy 500. Sin embargo, Kunzman es una leyenda en EE UU y está considerado como uno de los pilotos más duros que pisó nunca un circuito ya que nunca se quejó ni protestó pese a tener que sopreponerse a dos accidentes tremendos que deberían haberle costado la vida o al menos la movilidad, pero este auténtico superviviente nacido en Guttenberg (Iowa) tiene 75 años y sonríe al recordar cómo esquivó la guadaña hace ahora 50 años.

"Me estoy haciendo viejo pero lo recuerdo todo, nunca perdí el conocimiento", explica a 'Racer'. Era el 5 de junio de 1970 cuando Kunzman, estrella en ciernes y piloto multiversátil, estrelló su coche contra el muro del circuito de Odessa (Missouri), subió por él y derribó una cerca de más de tres metros antes de que el monoplaza estallara y ardiera. "Sabía que estaba en llamas y empapado de combustible. Recuerdo que me decía: 'Mantente consciente y no respires o morirás'. Cuando finalmente me alejé del coche, traté de correr hacia un bombero para que me ayudara y fue entonces cuando supe que mi cuello estaba roto porque mis piernas iban hacia un lado y mi cabeza al otro", explica.

Afortunadamente para Kunzman allí estaba el Dr. Ward Dunseth. La reacción y la ocurrencia del médico evitó graves lesiones y una parálisis de por vida. "Me empapó el cuerpo con paños húmedos, lo que probablemente me salvó de algunas quemaduras de tercer grado. Luego encontró un tanque de esos de las ferias para guardar manzanas y lo llenaron de agua. Entre varios me metieron dentro para mantener la flotabilidad mientras me sostenía la cabeza y el cuello para llevabarme al hospital".

Lee Kunzman en la Indy 500.
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Lee Kunzman en la Indy 500.

Pese a la forma optimista en la que lo cuenta, Kunzman sufrió abrasiones en la cara y el cuello. Su nariz estaba quemada, así como sus cejas y párpados por lo que no podía cerrar los ojos durante largos periodos de tiempo. Estuvo ingresado 45 días en el hospital y nada más recibir el alta sólo pensaba en volver a correr. "Pese a que necesitaba cicatrizar mis heridas, sabía que podía competir y eso me ayudó a motivarme todo el invierno... pese a que un reputado especialista en traumatología me dijo que nunca volvería a correr en coche. Yo quería demostrarle, y así hice, que estaba equivocado".

Kunzman regresó... pero antes de acabar 1971 se enfrentó a un desafío aún mayor mientras probaba un coche en Ontario. Otro tremendo accidente que el explito resume explicando cómo fue la recuperación: "Tuve que volver a aprender a leer, a escribir, a caminar y a hablar después de una grave lesión cerebral. Estuve dos años recuperándome..., pero regresé de nuevo a un coche de carreras y casi ganó años después una carrera de la IndyCar en Atlanta". De otra pasta.