El mono obligatorio con airbag: clavícula versus hombro
La implantación de la prenda en 2018 abre el debate sobre si ahora sufre más la articulación que el hueso, como podría ser en el caso de Marc Márquez.
"El riesgo es algo intrínseco a este deporte y si pensáramos lo que nos puede pasar nos quedaríamos en casa". Esta frase de un piloto del Mundial atraviesa la historia del motociclismo. Afortunadamente la seguridad no para de aumentar, tanto en los circuitos como en la equipación de los pilotos, pero el riesgo cero no se alcanzará al ser imposible manejar todos los supuestos de una carrera de motos a más de 300 km/h. Kato, Tomizawa, Simoncelli y Salom, los cuatro pilotos fallecidos en el siglo XXI dentro del Mundial, no pudieron sobrevivir a las circunstancias que escapan a la seguridad controlable.
Los circuitos han ido añadiendo avances como el airfence, trampas de grava o puzolana, escapatorias de asfalto... además de excelentes médicos e instalaciones para atender a los pilotos heridos que cuentan, sobre todo en MotoGP, con ropa de la mayor tecnología existente. Un mono de piel de canguro con airbag; hombreras, rodilleras, coderas y joroba de poliuretano; espaldera multicapa, guantes con blindajes y refuerzos, botas diseñadas para proteger y absorber impactos que no permiten la torsión lateral, y casco a medida de fibra orgánica multi-composite de alto rendimiento en varias capas. Aún así nadie puede asegurar que la desgracia no volverá a golpear.
Precisamente el mono es uno de los elementos que más ha avanzado. En 2018, Dorna decidió implantar de forma obligatoria el que incluye airbag que hasta entonces sólo se veía revistiendo el cuerpo de algunos privilegiados de los grandes equipos, ya que eran muy caros. Sin embargo, el promotor del Mundial lo añadió como elemento indispensable en aras de la seguridad. Las principales firmas crearon auténticas virguerías formadas por 13 piezas de cuero que se tarda más de siete horas en coser a mano y que van provistas de un airbag de cuerpo entero. Este, mediante sensores inteligentes, detecta si hay o no caída y se hincha antes del impacto. Construido con piel de canguro, material muy resistente a la abrasión, incluye seis piezas de blindaje encajadas en la parte interior: dos en brazos, dos en piernas, una en el pecho y otra en la espalda.
Para los menos iniciados, explicar que los monos se cosen de una manera determinada para cumplir con funciones complementarias con la seguridad como evitar determinados movimientos impidiendo que el brazo se desplace de forma violenta hacia atrás para intentar bloquear el hombro y, de esta forma, proteger la articulación. Gran opción, pero toda acción produce una reacción... o no. Y aquí se abre el debate que cuenta con defensores en ambos sentidos. El principio de conservación de energía, enunciado por James Prescott Joule, indica que "la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma". En estas transformaciones la energía total permanece constante y es la misma antes y después. Por tanto, aplicado a nuestro ejemplo significaría que, en teoría, reforzar la seguridad del hombro obliga inexorablemente a que la fuerza del impacto se traslade a otro punto que debe absorber la energía del golpe.
¿Y eso qué produce? Cuando los pilotos se caen intentan proteger la cabeza de forma instintiva por lo que mano, muñeca, codo o clavícula son las primeras partes de la anatomía que, en un elevado número de ocasiones, golpean el suelo y son las más afectadas. Y, sin duda, la clavícula, el hueso que se extiende de forma horizontal entre la parte superior del esternón y el omóplato, era el ganador entre las fracturas cada vez que aterrizaban con un brazo extendido o impactando con el hombro. Cuando un piloto caía debía multiplicar por nueve su peso para calcular el impacto equivalente que recibiría. Un dato que el airbag ha reducido considerablemente ya que absorbe al menos el 80%.