Patricio O'Ward, el elegido de Red Bull para su cantera
El mexicano de 20 años ficha por su programa de jóvenes. Tenía cartel en la IndyCar, pero se lo juega todo para llegar a la F1: "El riesgo, frente a la recompensa… lo tomo".
Era por la tarde, un domingo de mediados de mayo, cuando Patricio O'Ward se bajaba del monoplaza de Carlin tras un intento en vano en el óvalo más famoso del planeta. No se había clasificado para disputar la Indy 500. "No teníamos con qué. Si no pudo él (por Fernando Alonso), menos alguien que nunca había corrido en un óvalo de IndyCar", concede 'Pato'. Con 20 años, este piloto mexicano sigue las huellas de 'Checo' Pérez o los Hermanos Rodríguez. Porque apenas un mes después de la gran decepción en las 500 Millas, "una carrera que hay que ganar en el futuro", su rumbo hacia la élite del automovilismo ha tomado una nueva dirección.
Red Bull ha fichado a O'Ward para su programa de desarrollo, del que ha desaparecido quien parecía su mayor talento, Daniel Ticktum. El de Monterrey terminará la temporada de Súper Fórmula en Japón, según le ha confirmado el propio Helmut Marko, y quizás se pase por la F2 más a menudo, en Austria lo hizo para debutar (llegó a ser 14º). "De potencia se siente cerca de la IndyCar, pero ese es mucho más rápido en la recta. La aerodinámica es muy similar por la velocidad en curva. La forma de frenar es muy diferente pero el carro se detiene de forma similar. La mayor diferencia es cómo se degrada el Pirelli, cambia mucho la manera de recibir información de la goma", explica el joven a AS.
Admite que fue "una carrera para probar, con un volante muy duro en el que es difícil sentir dónde está el agarre, que en un fin de semana no se puede hacer mucho pero que el compañero, que lleva cinco años aquí, no andaba lejos". Le esperan los circuitos nipones y una feroz competencia con los mejores pilotos del país, y algunos internacionales de los que tienen más proyección, bajo el amparo de Honda y el equipo Mugen.
Le toca arremangarse a Patricio, hacer camino hacia la Fórmula 1, cuando en América ya tenía un buen cartel por haber ganado en 2018 el Indylights, el equivalente a la F2 de la IndyCar. "Es un riesgo dejar eso, pero te puede dar una recompensa mucho más fuerte si llegas a estar en F1. Riesgo frente a recompensa, lo tomo, hay que jugársela. Muchas veces tienes que salir de tu burbuja, donde te sientes en casa, y experimentar nuevas cosas". "Es mejor intentarlo a irte a donde te sientes seguro. Estaré en las categorías que me digan para conseguir la superlicencia y voy a dar el cien por cien. Si tengo con qué, me tocará", defiende.
Porque él lo tiene claro, "estar con Red Bull es inclinarse hacia la F1". ¿Y qué le gusta más? "La F1 es la F1, la gente puede criticar pero nunca dejará de ser la F1 y ninguna categoría alcanzará el mismo prestigio, el mismo nombre. La misma energía que atrae la F1. Es una oportunidad que te dan muy pocas veces en la vida, o nunca, y a mí se me ha presentado ahora con Red Bull y tengo que aprovecharla. Si no la aprovecho, si en cinco años estoy en la IndyCar, estaré pensando en qué hubiera pasado si hubiera tomado la oportunidad".