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MOTOGP | ROSSI

"Cuando ganábamos títulos, la moto nueva llegaba en agosto"

Rossi sigue exigiendo a Yamaha el potencial de años anteriores y un método de trabajo "que se había perdido" y que les permitía triunfar.

Rossi sigue exigiendo a Yamaha una M1 ganadora.
GIGI SOLDANO

Triunfar y tras lograrlo, convivir inmediatamente con el fracaso. Sólo una fina línea separa el éxito de cualquier otro resultado que será insuficiente para los que ya han conocido la gloria. En Yamaha conocen la sensación y Valentino Rossi también. El idilio de Ducati, la desilusión de un sueño, le trajo de vuelta junto a una compañera perfecta que hizo sonar de nuevo las campanas de Tavullia. Los de Iwata tenían esa M1 ganadora que pisó junto al italiano lo más alto del podio por última vez en Holanda 2017, para entrar en un túnel en el que parecen deslumbrar los primeros rayos de luz.

Después de dos temporadas a la deriva, Rossi tiene claro dónde está el punto débil de su Yamaha. El motor, congelado hasta que termine el curso, es ahora mismo el principal quebradero de cabeza de los japoneses tras haber dado un paso hacia delante en la gestión de los neumáticos y la maniobrabilidad de su M1. En Le Mans, la montura del piloto de Tavullia fue la Yamaha más lenta en carrera con 300,1 km/h de velocidad máxima, y sólo cerro el gran premio con una velocidad por encima de la que firmaron Mir, Abraham y Rabat. "Falta potencia y no podemos hacer nada al respecto", se lamenta Valentino.

Pese a que fue la mejor montura de los japoneses en el circuito de Bugatti, el italiano demanda más caballería. Siempre ha sido muy crítico con la escudería y constante por la persistencia de un sueño, sigue exigiendo a los de Iwata una fórmula de trabajo que les llevó a lo más alto: "Les dije claramente a los ingenieros: cuando ganábamos carreras y títulos, la moto nueva llegaba en agosto, mientras que en los últimos años no sabíamos dónde estaba".

Ahora, por fin, parece que han escuchado sus peticiones y en Yamaha ya se habla del próximo año. En medio de un proyecto perdido y convertido en vieja gloria, Rossi sigue haciendo ver lo que mueve a un piloto: el hambre de ganar. La grandeza del reto, siempre quieren más y ha logrado retomar un camino del que se desviaron hacia numerosos problemas técnicos en los últimos años. Pero "en Japón ya están trabajando en las motos y los motores de 2020" y quizás la nueva M1 sea una realidad en el test de Brno. Deseos hechos órdenes con la intención de volver a triunfar.