La nueva aerodinámica no convence

Se cumple la primera vuelta del GP de Australia 2019, llega el pelotón encabezado por Bottas después de la salida y ningún coche aparece por la recta de meta con opciones de intentar un adelantamiento en la primera chicane, o trabajarlo antes de la Curva 3. Las diferencias entre monoplazas fueron siempre superiores al medio segundo en ese primer paso, cuando se supone que todo debería estar más apretado. Quizás el circuito no sirva para sentenciar a la nueva aerodinámica ideada por Ross Brawn, porque Albert Park tiene muchas particularidades en comparación con pistas más tradicionales como Bahréin, pero sí puede decirse que con el cambio de reglas no sucedió nada en la pista que no se esperara.

El alerón delantero es más simple para generar menos turbulencias y facilitar los rebufos, pero la mayoría de equipos asegura que mantienen la carga aerodinámica de 2018, a lo que hay que añadir el aumento de temperatura que sufren los neumáticos y la consiguiente pérdida de agarre por perder el efecto de los alerones al seguir de cerca a otro monoplaza. Sí puede suponer un avance el nuevo DRS, que es aún más ancho que su predecesor, por lo que el efecto debe ser más grande.

Cuando le preguntaron a Hamilton después de la carrera si había notado alguna diferencia con respecto a la temporada pasada, la respuesta fue cortante: "Ninguna diferencia. No". Verstappen está de acuerdo, aunque ve "positivo que haya mejorado el efecto del DRS, desde que se abre es más poderoso que el del año pasado, aunque siguiendo a un coche sigue habiendo muchas turbulencias". Y eso que, en los test, pilotos como Magnussen o Giovinazzi sí hablaron bien de las posibilidades que tenía el nuevo alerón y los rebufos. Sobre el italiano se refiere Grosjean: "Es el mejor ejemplo, llevó detrás a coches que eran más rápidos pero costó adelantarle porque las ruedas siguen cogiendo mucha temperatura".

Hay diferencia de criterios entre quienes han ideado las normas pensando en el cambio reglamentario de 2021, los pilotos y los equipos. De este último estamento, sirve como ejemplo la visión de Franz Tost, el jefe de Toro Rosso: "No estoy muy seguro de que las nuevas normas ayuden al espectáculo con más adelantamientos. Si compruebas la velocidad en curva, y comparas con ángulos diferentes, estos coches siguen siendo realmente rápidos. Para hacer más fácil los adelantamientos, la velocidad en curva debería reducirse. En mi opinión, la carga aerodinámica tiene que reducirse para que, además de tener menos velocidad en curva, en las rectas sea más fácil coger el rebufo. Y también sería más larga la frenada, lo que daría más oportunidades, porque ahora se frena realmente tarde".