WEC en Toyota e Indy con Honda, difícil de cuadrar para Alonso
Compatibilizarlos era su idea inicial, pero lo que pasó en McLaren con los motores de la empresa con sede en Tokio dificulta los acuerdos.
Fernando Alonso anunció su adiós a la F1 en pleno verano y la noticia cayó como una bomba en el mundo del automovilismo. El asturiano decía basta o hasta luego, según depare el futuro, a la competición donde lleva desde 2001. Decisión meditada y seguramente cimentada en los años de vacío de resultados en el desastroso tándem que resultó ser el McLaren-Honda de segunda generación. Una inesperada hecatombe que acabó con la separación entre constructor y motorista... y con un enfado importante entre los gerifaltes de la empresa con sede en Tokio al sentirse acusados por parte de Woking de un problema que desde Japón veían como algo bilateral.
El todavía equipo del español en F1 hasta que acabe Abu Dhabi cambió a Renault y la mejora no ha sido tal. La idea del español en 2019 parecía bastante clara: correr las tres carreras del WEC que completaban la Super Season (Sebring, Spa y las 24 Horas de Le Mans) y empezar el sueño americano en la IndyCar. Si bien sin tener decidido si correr el certamen completo o varias carreras que incluyeran, por supuesto, la Indy 500. McLaren pareció querer ir de la mano en esa aventura, pero el paso del tiempo ha complicado el plan. Entre otras cosas porque de nuevo Honda aparece en la escena principal de la película.
En el certamen, los equipos llevan motor Honda o motor Chevrolet. Y la opción barajada era Andretti, estructura que ya preparó el debut de Alonso en la Indy 500 y cuyo jefe, Michael Andretti, mantiene una excelente relación con Gil de Ferran, actual director deportivo de McLaren. Sinergia perfecta, equipo listo y apoyo de los de Woking... pero hay un problema, el propulsor de Honda. Si bien los japoneses no vetan el apoyo a Alonso, hay dos razones que dificultan la operación.
Por un lado, hay jefes importantes de Honda que no quieren olvidar lo que ellos consideran un ataque a su honor en algunas declaraciones del ovetense como el famoso "tenemos un motor de GP2". Por otro, ven al bicampeón de F1 como la estrella actual de Toyota, rival histórico que lleva derrotándoles en ventas en el país asiático varios años y que llevó a Yoshiyuki Matsumoto a decir el año pasado una frase dura para su marca: "Nos hemos obsesionado con Toyota y con ganarles en el mercado, y eso hizo que nos pareciésemos a ellos. Olvidamos el motivo por el que existíamos como empresa".
¿Y qué piensan en Toyota? Pues, sí, pero según y cómo. "Por lo que yo sé, Fernando no va a correr con un motor Honda. En cualquier caso, sería un campeonato distinto y no hay una competencia directa. Nos gustaría hacer que Fernando estuviera feliz, pero hay unos límites. Toyota es una empresa muy grande y ojalá podamos llegar a un acuerdo bueno para ambos", aseguraba Rob Leupen, director de Toyota en el WEC, a 'Motorsport.com'. Alonso debe, además, decidir si renueva para el Mundial de Resistencia que empezará en septiembre y acabará en Le Mans 2020. Varios frentes abiertos que casi parecen obligar a que si el plan es el WEC y la IndyCar, el motor del coche del asturiano debe ser Chevrolet. El tiempo sigue pasando...