MOTOCICLISMO | LA INTRAHISTORIA
El trágico día que Silverstone no quiso escuchar a un piloto
Dorna sí atendió la petición de los de MotoGP para cancelar el GP de Gran Bretaña, pero el 11 de agosto de 1973 Newcombe no tuvo tanta suerte con los comisarios.
"Prefiero cancelar un gran premio a lamentar un accidente", decía Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, al enviado especial de As. Una sabia decisión que la empresa que gestiona el Mundial de motociclismo tomó tras una reunión improvisada y a petición de los pilotos aunque el gran jefe reconocía que aunque "primó la voluntad de los pilotos a nosotros no nos tuvieron que convencer de nada porque pensábamos exactamente lo mismo".
Sentido común y prioridad a la seguridad escuchando a los protagonistas: los pilotos. Una situación que parece lógica, pero que no siempre fue así en los años en los que Dorna no gestionaba el campeonato y los comisarios locales de los circuitos tomaban decisiones para las que seguramente no siempre estaban muy capacitados... como en el triste final de Kim Newcombe, un piloto neozelandés anónimo para el gran público, pero que fue alguien especial y muy destacado en las dos ruedas.
Por partes. Newcombe nació en Nelson en 1944 y con 19 años se marchó a Australia para con 24 volar a Europa a cumplir unos sueños algo locos. Le contó su intención a John Dodds, piloto australiano que disputó 70 GGPP del Mundial donde ganó cuatro carreras y subió 21 veces al podio, y este no dudó en ayudarlo.
¿Cuál era su idea? Desarrollar una moto para competir en 500cc desde cero utilizando como propulsor un motor de dos tiempos König de lanchas fuera-borda. Newcombe la desarrolló, la construyó y la pilotó durante once carreras del Campeonato del Mundo logrando una victoria, seis podios, 80 puntos y un subcampeonato... póstumo en 1973 por detrás de Phil Read y por delante de Giacomo Agostini. 'Kiwi Kim' los desafió y puso en serios apuros pese a que esos dos monstruos montaban las casi intratables MV Agusta de la época y que sumaron en su carrera, entre ambos, 22 títulos, 175 victorias y 280 podios.
'El Príncipe de la Velocidad' logró en 1973 su sexto mundial, el primero de la máxima categoría, en una temporada trágica. Primero falleció el ganador de las dos primeras carreras de aquel campeonato en 500cc, Jarno Saarinen, en el fatídico accidente de Monza donde perdió la vida también Pasolini y quedaron heridos catorce más de diferente consideración, entre ellos, Víctor Palomo. Luchando aún por el título llegó Newcombe a la carrera de Silverstone, no puntuable para el certamen, el 11 de agosto de 1973.
Paseando por el circuito horas antes de la carrera Kim descubrió que en la curva Stowe el muro exterior no estaba protegido con balas de paja. Fue a ver a los comisarios y el máximo responsable, Vernon Cooper, lo echó con cajas destempladas amenazándole de hacer todo lo posible por perjudicarle en futuras carreras. Tras darse la salida, en la vuelta 6 Newcombe perdió el control de su König en esa curva y chocó contra el muro de hormigón falleciendo tres días después en el hospital por las heridas sufridas.
La leyenda de los presentes ese día cuenta que Cooper se acercó a los operarios a preguntar cómo estaba el "tonto que se había caído en Stowe". Tras ser informado, espetó a uno de sus trabajadores: "Después de todo sería mejor colocar algunas balas de paja frente a esa maldita pared para próximas carreras. Encontrarás muchas en el área de almacenamiento y si te llevas un par de 'marshals' no tardaréis más que unos minutos. Cuando acabes únete con nosotros en el bar". La increíble y trágica historia de Newcombe se reflejó en una película-documental muy recomendable para cualquier aficionado: 'Love, speed & loss'.