Alonso contra la oscuridad
El asturiano se refiere a la noche y el tráfico de Le Mans como "el desafío más grande". Pasó la noche pilotando el Toyota y allí simularon averías.
“Id a dormir, vosotros que podéis…”. Así se despidió Fernando Alonso, caía la noche en el circuito de Portimao pero apenas había empezado el trabajo en el box de Toyota. Por delante, una sesión ininterrumpida de test nocturnos que no terminó hasta las cinco de la tarde del miércoles. Lo repiten como un mantra: el principal rival en las 24 Horas de Le Mans es la propia carrera. Y entre los enemigos más peligrosos se encuentra, particularmente, la oscuridad del circuito de La Sarthe.
Para eso se prepara también el asturiano, que ha competido de noche con la Fórmula 1 pero en pistas perfectamente iluminadas: “Nunca he pilotado en Le Mans y siento curiosidad, en realidad ni siquiera lo he probado en el simulador. En las carreras que hemos hecho de noche, como Abu Dhabi o Singapur, tenemos un circuito bien iluminado y también era el caso de Daytona, pero estos test han sido completamente a oscuras. Creo que Le Mans está en el término medio, quizás las rectas son oscuras pero en las curvas hay algo más de luz”.
Así que Fernando pilotó varias horas de madrugada en El Algarve, un trazado tan bacheado que exige aún más fiabilidad a los componentes del TS050. Pocas horas de sueño y un control antidopaje sorpresa a las seis de la mañana en el hotel. La principal diferencia con la competición es que aquí corrían solos, sin las decenas de coches doblados de categorías inferiores. “Espero que con todos estos test la noche de Le Mans sea un poco más sencilla, porque si añades el tráfico creo que será el mayor desafío”, dice.
"Estos test han sido completamente a oscuras, Le Mans es un término medio"
Ayer, además de rodar y rodar a oscuras, también simularon regularmente averías en la pista, con sus correspondientes reinicios de los sistemas de propulsión: quieren prevenir casi todas las incidencias que pueden sorprender en 24 horas de carrera, las que les han impedido ganar hasta ahora. Y aunque sólo llevaron un coche al asfalto, a través de los sensores y de una antena de varios metros de altura montada en el paddock transmitían a tiempo real los datos a la sede de la escudería en Colonia, Alemania, y allí replicaban las modificaciones y trabajan simultáneamente en el segundo coche.
Toyota TS050: un coche que “nunca llegas a conocer”
José María ‘Pechito’ López, piloto argentino del otro Toyota, señala que “un stint de noche siempre es bueno para entrenar la visión”. “Estos test son para los pilotos, para ponernos en forma, porque la preparación es importante pero lo más importante es estar dentro del coche. Le Mans es muy lindo, se va muy rápido, pero también Portimao de noche es una pista muy demandante”, afirma él, que el año pasado tuvo que adaptarse al Toyota híbrido tras su paso por los Turismos y la Fórmula E: “Creo que este coche nunca llegas a conocerlo al cien por cien, siempre cambia algo, quizás en cada carrera. Es una adaptación continua”.
Una bestia de 1.000 caballos repartidos a partes iguales en el tren delantero, con un motor eléctrico, y el trasero, con el clásico motor de combustión. Alonso asegura a As que su evolución a los mandos del vehículo “está yendo bien”. “La primera vez en Bahréin había demasiadas cosas nuevas y extrañas. Después llevé el LMP2 de Daytona, que al no ser híbrido es un coche más normal, resulta más cómodo. Y luego hemos hecho un par de test aquí con el Toyota y cada vez que me subo al coche me siento más cómodo. Espero estar preparado para ganar Le Mans este año y que no haya que esperar al año que viene”. Y espera estar preparado para rendir al máximo en el circuito, de día y de noche.
