SsangYong: los rookies con soluciones para todo
En la sexta etapa llovía y se quedaron sin limpiaparabrisas. "Sacamos una cuerda y lo movimos a mano", cuenta Fuertes.
Al Dakar hay que llegar con la lección aprendida y con soluciones para casi todo. Si no, que se lo digan a Óscar Fuertes y Diego Vallejo, piloto y copiloto del SsangYong Tivoli DKR, porque cuando se te hace de noche camino de La Paz, llueve a tu paso de forma torrencial y ya no funciona el limpiaparabrisas necesitas tener recursos. Lo explica el madrileño, uno de los rookies del año en esta edición de la carrera: “Era una etapa de mucho barro, la seis, y nos quedamos sin el limpia. Ya íbamos justos de hora, se hacía de noche, no teníamos luces y tuvimos que sacar una cuerda para ir moviendo el limpiaparabrisas de izquierda a derecha a mano”.
¿Pero cómo tuvieron esa idea? “Se nos ocurrió porque Lucas (Cruz) me había contado la anécdota de que se le habría roto un limpiaparabrisas y lo había apañado con una cuerda”, confiesa Óscar, que compitió durante años junto al ahora copiloto de Sainz, pues ambos se formaron en la academia de Carlos a principios de los años 2000.
Por lo demás, la actuación del equipo SsangYong está dejando con la boca abierta a más de uno, pero no a los que ya conocían su empeño y determinación en el campeonato de España. “En la arena nos hemos encontrado bien porque Diego ha hecho un trabajo espectacular y hemos ido con más cabeza que manos. No nos hemos quedado atrapados mucho tiempo. También el ángulo de ataque del Tivoli es brutal, pero al ser de tracción trasera no puedes perder velocidad al encarar una duna, tienes que ir surfeando”, cuenta Fuertes. A su lado tiene la experiencia de Vallejo, que disputa su tercer Dakar.
Con camión de asistencia propio y una pila de neumáticos Yokohama que están desarrollando en el raid, el SsangYong cada día está más cerca de su objetivo, terminar, y puede que con Fuertes como el mejor rookie de la categoría. “Estoy flipando, cuando tú preparas un rally así tienes dos voces en tu interior. Una te dice que se puede hacer, la otra dice que no. Y ahora que estamos aquí parece que Córdoba está un poco más cerca”, dice Óscar. Ya casi se ve el final.