Villas-Boas no pasó de Perú

Era una de las grandes atracciones: André Villas-Boas decidía regalarse el Dakar como homenaje a su tío Pedro, que lo disputó en los años 80 cuando cumplió los 40. Es la edad actual del técnico portugués y de la propia carrera, así que los planetas se alineaban y el exentrenador de Oporto, Chelsea o Tottenham se subía al Toyota Hilux de Overdrive, el mejor coche privado de la caravana dakariana.

Pero todo acabó en la cuarta etapa, la más dura de la edición hasta entonces, y eso que antes había cumplido y marchaba en torno al top 50 de la clasificación de coches junto a su copiloto Ruben Faria, que fue segundo en motos en 2013 con KTM. Se quedó en el kilómetro 156 de la especial camino de San Juan de Marcona y fue evacuado al vivac con un fuerte dolor de espalda, aunque nada grave. Ya sin la luz del sol se le vio caminando por la base de Overdrive con el gesto cansado, pero bien físicamente.

No pasó de Perú en una edición que ha preparado un plato contundente nada más empezar el rally. Quizás con otro recorrido se habría acercado a la meta de Córdoba, pero de momento su incursión en los rallys cross country termina con esta aventura antes de tiempo. Ahora quiere volver a entrenar en Europa. Quizás eso no le deje tiempo para volver a preparar el asalto al Dakar...