Rossi: "De alguna manera en Yamaha perdimos el rumbo"
La temporada concluyó en Valencia con otro varapalo y la demostración de sus dudas al regresar al chasis de 2016. Valentino pide una M1 "que funcione".
Rossi quinto y Maverick duodécimo. Resultado muy malo para finalizar la temporada, pero aún peor tras ver cómo la M1 nunca tuvo opción de rodar con las Honda, las Ducati e incluso con la Yamaha satélite, favorecida eso sí con neumáticos más blandos y distinto motor por reglamento. Yamaha ha pasado de luchar de tú a tú con Honda por ganar los títulos a estar lejos de los equipos oficiales poderosos. Ducati le ha pasado por la izquierda y aunque Lin Jarvis, máximo responsable, cree que "es más mérito de ellos que demérito nuestro" los resultados son objetivos e irrefutables.
Esta temporada han terminado el Mundial tercero Maverick y quinto Rossi, por el segundo del italiano y el tercero de Lorenzo la pasada campaña. Dato que se puede defender con argumentos conservadores. Más difícil resulta tras comparar victorias y podios. Yamaha ha ganado cuatro carreras y ha subido al podio once veces en 2017 por las 6 victorias y 21 podios del año anterior. Un retroceso en el rendimiento en pista motivado seguramente por dos aspectos: la introducción del nuevo compuesto delantero Michelin y sobre todo por los continuos cambios en la moto, como explicaba Valentino: "En cierto sentido y de alguna manera perdimos el rumbo, creo que la dirección que tomamos no fue la correcta para ir más rápido. Durante la temporada probamos muchas cosas diferentes y a veces vimos un poco de luz al final del túnel, pero cuando el camino no te da confianza, no puedes llegar al límite".
Situación que llevó a Maverick a reconocer su "frustración", sentimiento que no comparte con la misma profundidad el Doctor: "Tal vez lo es un poco menos para mí porque cuando probé la moto por primera vez no me sentí cómodo". Discurso calmado del transalpino de 38 años que cambia el gesto para asegurar con firmeza: "Necesitamos descubrir rápidamente qué dirección tomar, pero seguro será diferente a la actual. Hablamos largamente con los ingenieros japoneses y lo entienden, lo importante es que ahora la situación también es clara para ellos".
Yamaha necesita cambiar y debe usar la pretemporada para llegar a 2018 con energías renovadas y una idea concisa de la base de la moto que quieren tener. De momento en Cheste han traído varios chasis, incluyendo el de 2016, y nuevos motores para los dos días de test. A finales de mes tendrán más pruebas en Sepang. Trabajo y más trabajo para alcanzar el objetivo que les pide Valentino Rossi y que también contentará, según el 46, a su vecino de box: "Si nos dan una moto que funciona, Maverick y yo estaremos seguro de acuerdo. Las motos rápidas resuelven problemas, de lo contrario, los ocasionan".