BMW Sauber presentó ayer, en Valencia, el F1.07, el coche con el que esperan mejorar los discretos 36 puntos de 2006. El objetivo es terminar cuartos tras los tres equipos que luchen por el título. Así lo insinuó Mario Theissen, el responsable de la escudería: "En nuestra primera temporada pasamos del octavo puesto de Sauber, al quinto, ahora habrá que intentar reducir de nuevo a la mitad la distancia con los más fuertes. El objetivo de marcar cincuenta puntos es razonable". Y repetir algún podio como el que logró Robert Kubica en Monza 2006.

La ceremonia no tuvo nada que ver con la de McLaren, fue todo discreción y sosería. Después llevaron el coche al circuito de Cheste y Nick Heidfeld tuvo el honor de dar el bautismo de fuego al monoplaza. No hubo problemas en este coche sencillo, de morro más corto y pronunciado que el anterior, y con uno de los mejores propulsores de la F-1. Su compañero Kubica se mostró preocupado por tener que adaptar su estilo de pilotaje a los nuevos neumáticos: "Con las Bridgestone y en nuestro coche las frenadas son inestables y hay que ir tremendamente fino. Tengo un estilo similar al de Alonso y, tal vez, como él, deba cambiarlo un poco. Ya no me verán ser tan agresivo al volante. Los Ferrari son los favoritos al título".