La emocionante y emotiva carrera de 500cc vista hace sólo una semana en el GP de Australia no ha tenido nada que ver con la presenciada en Sepang. La anterior fue la más intensa de la temporada con la apretada victoria de Rossi ante Biaggi y la consecución del título por parte del Doctor, mientras que esta última supuso un auténtico tostón.

Si en otros deportes existen los minutos de la basura, un calificativo similar podría darse para carreras como esta con el campeonato ya decidido. El único punto en común que ha tenido la cita de Sepang con la de Phillip Island ha sido al ganador, Rossi, que se ha adjudicado así la décima victoria del año y lo ha celebrado con una levantada de rueda espectacular que ha durado casi toda la recta de meta.

Al tricampeón del mundo, una vez por cilindrada, le secundaron en el podio Capirossi y McCoy, siendo la pelea final de este último con Nakano por mantener el tercero lo más interesante de la prueba.

El mejor de los españoles ha sido Álex Crivillé, con un discreto sexto puesto que hubiera sido aún peor si no se hubieran ido por los suelos Biaggi, Roberts y Abe. Especialmente espectacular ha resultado la caída de los dos primeros, cuando Max se pasó de frenada en los primeros compases de la carrera y embistió con su Yamaha por detrás a la Suzuki del piloto estadounidense.

Los otros españoles de la categoría han estado muy lejos del nivel mostrado otras veces. Sete Gibernau (8º) y Carlos Checa (10º) han rematado un mal fin de semana con otra actuación para olvidar. José Luis Cardoso (11º) tampoco consha conseguido su objetivo de clasificarse entre los diez primeros.