5 juegos que no te puedes perder si te gusta Elden Ring
¿Planeando cómo llenar el vacío que de forma casi irremediable dejará el último juego de From Software? Te proponemos algunas opciones como relevo.
Elden Ring ya lleva algo más de dos semanas a la venta, así que, aunque se trate de uno de los juegos más extensos y con más contenido para descubrir que hemos tenido la suerte de probar, cada vez son más los jugadores que van alcanzando sus créditos. Luego, claro está, todavía queda la posibilidad del NG+, de los rejugados con otra clase para experimentar con diferentes estilos de combate, de la búsqueda de finales alternativos, de la resolución de secundarias pendientes con una guía en la mano... Pero en algún momento, toca pasar página. Y pasar página después de algo como Elden Ring probablemente no sea la tarea más sencilla.
Por eso, y porque cualquier excusa nos sirve para hablar un poco más sobre la nueva obra maestra de From Software, hemos decidido confeccionar una pequeña lista con cinco alternativas. Juegos que seguramente conozcáis, y en algún caso ya habréis jugado, pero que ahora merecen de nuevo un guiño por compartir algunos elementos y, al mismo tiempo, disfrutar de sus propios encantos. Ideas, ambientaciones, mecánicas... Lo que sea para engancharnos a otro mundo virtual y así movernos de forma lo más natural posible hacia una nueva etapa del medio. Una donde pronto otras novedades nos martillearán con más tráilers, promesas y mucho hype. Pero una, también, donde será difícil salir de la sombra de Elden Ring.
Llegados a este punto, podríamos limitarnos a citar los anteriores juegos de From Software, o aderezar la lista con algunos de los mejores Souls firmados por otros estudios y ya valdría. Pero por el bien de la variedad, hemos intentado salir un poco de ese molde. No nos hemos resistido a incluir algunos de ellos, y abajo explicaremos por qué; pero incluso aunque no figuren de forma explícita nombres como Bloodborne, Sekiro: Shadows Die Twice o Nioh 2, huelga decir que extendemos nuestra recomendación a ellos si por algún motivo todavía no los habéis jugado.
Demon’s Souls
El origen del fenómeno. No fue el primer juego dirigido por Hidetaka Miyazaki (Armored Cored 4 tiene ese honor), pero sí fue el primero donde tuvo una libertad creativa plena y estableció los fundamentos de varias de las obras más laureadas de la década hasta culminar en el propio Elden Ring. Solo eso —que no es poco— siempre hará de Demon’s Souls un título digno de ser revisitado y analizado. Pero más allá de su valor histórico, todavía hay un juego excelente aquí. Tanto en su versión original de PlayStation 3 —si la tenéis a mano y os apetece el recorrido nostálgico—, como en el reciente remake creado por Bluepoint Games para PlayStation 5.
Debido a ello, no solo es el primer Souls, también es el que mejor luce gracias a la destreza de ese estudio. Sus entornos, reconstruidos con meticulosidad para la nueva generación, ofrecen más nivel de detalle y revalorizan un diseño más concentrado, que exprime el conocimiento de cada rincón y el aprovechamiento de cada atajo para llegar a jefes estratégicamente alejados de las archipiedras. Es más íntimo que grandilocuente, más basado en la satisfacción que produce pasar de la incertidumbre a la familiaridad que en dominar las rutinas de acróbatas con espadones. Puede que Dark Souls siempre se haya considerado como una secuela extraoficial, pero Demon’s sigue haciendo valer su nombre único con una propuesta diferenciada.
Dark Souls III: The Fire Fades Edition
Elección predecible, pero indispensable. No en vano, es el juego del que más bebe Elden Ring —aunque en su ADN haya retazos evidentes de todos, incluyendo el a veces injustamente vilipendiado Dark Souls II—, y además se trata del otro diez asignado por esta web a una obra del estudio. Y eso fue antes de sumarle varias zonas y jefes mediante sus expansiones: Ashes of Ariandel y The Ringed City. Esta clase de añadidos post-lanzamiento, si bien ausentes en Demon’s Souls, pronto se convirtieron en una práctica recurrente de From, aunque se libraron del cinismo que a menudo rodea a otros DLC. Artorias of the Abyss y The Old Hunters, de hecho, todavía se cuentan entre los contenidos más recordados y celebrados de la serie.
Centrándonos en Dark Souls III, el cierre de trilogía aprovechó la experiencia y los medios disponibles, en aumento a medida que la saga cosechaba fans, para ofrecer un combate más intenso y preciso —influenciado por la agilidad de Bloodborne— e introducir las habilidades de armas que luego expandiría Elden Ring. Su desarrollo, cómo no, es más lineal, pero el diseño de las zonas es magistral y la curva de dificultad se cuenta entre las mejor ajustadas por From. Es un juego que escala rápido, pero escala bien, y culmina ese giro desde de la experimentación más variada de Demon’s hacia los formidables jefazos que nos fuerzan a mejorar: los Vigilantes del Abismo, el Pontífice Sulyvahn, el Rey Sin Nombre, Friede, Gael... Mucho y muy bueno para elegir.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild
Pero si lo que más huella os ha dejado de Elden Ring es su exploración, esa posibilidad de moverse en veinte direcciones diferentes para hacer veinte descubrimientos diferentes, ¿qué mejor relevo que Breath of the Wild? Cinco años después de su lanzamiento sigue sin haber nada igual —obviando los paralelismos con Elden Ring—, un juego con tantas posibilidades y a la vez tanta disposición a que el jugador las averigüe por su cuenta, sin indicarle constantemente a dónde ir y qué va a encontrar allí. Eso, incluso con la licencia de las torres dibuja-mapas de Ubisoft, nos toca hacerlo a nosotros. Corriendo, cabalgando, escalando montañas o planeando en paravela.
Por supuesto, en términos de combate y dificultad no puede —ni intenta— compararse con un Souls, aunque tampoco es manco. Al menos de inicio: Breath of the Wild en seguida nos tienta con la posibilidad de enfrentarnos a Ganon, el mismísimo jefe final, pero los imprudentes que lo intenten tendrán serias complicaciones para acercarse siquiera al castillo donde mora. Solo explorando otros rincones de esta gigantesca Hyrule, haciendo frente a los elementos, resolviendo puzles dentro y fuera de los santuarios, experimentando con las leyes físicas que manipulan los ítems, consiguiendo mejor equipamiento y recogiendo ingredientes para elaborar recetas con propiedades curativas decentes podemos asaltar con éxito la gran fortaleza central. Pero el cómo y cuándo queda a nuestra elección, como casi todo en el juego.
Dragon’s Dogma: Dark Arisen
Pivotando hacia otra propuesta de gran escala, pero más centrada en el combate, también queremos acordarnos de este action RPG de mundo abierto firmado por Capcom. Dragon’s Dogma fue un proyecto encabezado por Hideaki Itsuno (relevo de Hideki Kamiya al frente de la saga Devil May Cry) e intentó incorporar algunos elementos hack and slash a la fórmula de fantasía oscura que Dark Souls entonces aún estaba empezando a popularizar. El juego, no obstante, era algo más cercano a la saga Elder Scrolls en estética y tipo de exploración, y salir pocos meses después de Skyrim no le hizo demasiados favores de cara a ese mismo público, pero sigue siendo una joyita esperando a ser descubierta si todavía la tenéis pendiente.
Eso sí, aquí no vengáis a buscar historias enrevesadas o secundarias variadas. Su fortaleza empieza y casi termina con el combate, aunque es más que suficiente para mantenerlo a flote durante horas gracias a su dinamismo y versatilidad: atacando cuerpo a cuerpo, usando arcos, lanzando magias o colgándonos de los cuerpos de grandes criaturas para ejecutarlas, Dragon’s Dogma pronto evidencia ser un título de acción made in Capcom a pesar de esa fachada tan occidental. Es Dragones y Mazmorras a la japonesa de una forma más explícita que los juegos de From Software, y la edición Dark Arisen, además de venir con una expansión y nuevos desafíos, la hace fácilmente accesible en plataformas más modernas como PS4, One y Switch.
Shadow of the Colossus
Abrimos con un remake de Bluepoint Games, y cerramos con otro remake de Bluepoint Games. Porque si el estudio americano consiguió las llaves para rehacer el primer Souls fue precisamente por su excelente labor dando nueva vida a este clásico de PS2. El segundo juego del Team ICO rehuyó convenciones y nos ofreció una épica que aún despunta entre el resto. Una aventura que no tiene miedo a la soledad, la abraza para que Wander, nuestro jinete, y Agro, su montura, sean coprotagonistas dependientes, empequeñecidos por un mundo vasto y yermo, pero a la vez hermoso y melancólico. El viento es la única banda sonora que acompaña al galope, al menos hasta que damos con una de las gigantescas criaturas que le dan nombre.
Entonces, Shadow of the Colossus se transforma. La experiencia intimista se convierte en un intenso juego de acción con cierto componente puzle, donde debemos discurrir cómo escalar a los cuerpos de nuestros rivales mientras la música orquestal acentúa el disparate de la tarea. El juego como tal no es difícil, desde luego no al nivel de los Souls, pero no importa: la puesta en escena, las animaciones y el funcionamiento mecánico de cada coloso logran convertir estos combates en gestas que siempre nos dejan con ganas de más. Algo que luego se utiliza en nuestra contra a nivel narrativo, pero eso ya es otra historia. Lo importante aquí es su capacidad para hacernos alternar entre dos estados opuestos, y también para transportarnos a un mundo misterioso y evocador, que trasciende a los polígonos mostrados en pantalla. La misma clase de mundo que muchos necesitarán para pasar página después de Elden Ring.
- RPG
- Acción
Elden Ring es un título de acción RPG a cargo de From Software y Bandai Namco para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. Álzate, Sinluz, y que la gracia te guíe para abrazar el poder del Círculo de Elden y encumbrarte como señor del Círculo en las Tierras Intermedias. Un vasto mundo perfectamente conectado en el que los territorios abiertos estarán repletos de situaciones y mazmorras enormes con diseños complejos y tridimensionales.