Splatoon 2 celebró su último Splatfest; adiós, viejo amigo

¿Qué te gusta más? ¿La mayonesa o el ketchup? ¿Los vampiros o los hombres lobo? ¿Los superhéroes o los supervillanos? ¿La ciencia ficción o la fantasía? ¿Las películas de acción o las de comedia? ¿El fútbol o el baloncesto? Espera, no contestes. Sabemos a quién podemos preguntarle. Hay un juego de Nintendo que lo sabe todo de ti y puede responder en tu nombre. Porque así es Splatoon 2, como un viejo amigo al que les has contado todo. Y cuando decimos todo es absolutamente todo. Te has peleado con él para tratar de demostrar que el huevo fue antes que la gallina, has debatido cosas tan absurdas como si son mejores lo tenedores o las cucharas, e incluso te has planteado si en el fondo no son más adorables las liebres que las tortugas a pesar de lo que digan esas estúpidas fábulas.

¿Pero sabes qué es lo mejor? Que has tenido esas conversaciones ataviado con un mono de trabajo (para no mancharte, claro) y un rodillo en la mano. O una brocha. O un pincel. O una pistola de pintura. O un difusor. O directamente, un cubo. Porque está claro que la mejor forma de hacer entrar a alguien en razón e imponerle tu punto de vista es escribiéndoselo con pintura en la frente. Sin embargo, Splatoon 2 da carpetazo a esas largas, interminables y maravillosas discusiones. Porque tal y como Nintendo ha anunciado, los Splatfest donde tenían lugar llegan a su fin. Adiós. Caput. Arrivederci. No habrá ninguno más.

Dos años ejemplares

Cuantas veces habremos entrado a Splatoon 2 para ver simplemente los nuevos añadidos que saturaban las tiendas de Inkopolis, o a descubrir los nuevos mensajes, secretos, curiosidades y minijuegos que había en la plaza. Hasta contó con una segunda campaña, la Octo expansión, esta ya sí de pago, que recibió un 8.5 en su análisis y sumó más de 80 niveles al juego original. No cabe duda de que han sido dos años ejemplares, cuyo único pero es que terminen de sopetón y dejando una sombra de incertidumbre sobre el futuro del juego.

De secuela innecesaria a éxito sin parangón

La última vez que miramos, Splatoon 2 era el sexto juego más vendido del catálogo de Nintendo Switch con 8.70 millones de unidades distribuidas. Seguramente haya superado ya las nueve y, con ello, duplicado los números de su antecesor, que se quedó en Wii U con 4.93 millones de copias vendidas. Si alguien le hubiera hablado de estas cifras a los inklings y octarianos cuando anunciaron la segunda parte, estos se hubieran reído. Porque en aquel entonces, Splatoon 2 era una apuesta arriesgada. ¿De verdad es necesaria? Esa es la pregunta que más se hacía la gente, escandalizada porque la primera entrega hubiera salido en 2015 y la segunda, en 2017. ¿Qué pueden aportar que justifique una secuela tan inmediata?

A toro pasado siempre es fácil, claro está, pero hoy día pensar en aquellas dudas le saca una sonrisa a cualquiera. Aún saliendo en una nueva consola y aún siendo tan reciente el anterior, aspectos que siempre pesan en las notas, Splatoon 2 consiguió mejor valoración que el anterior en los análisis y, como indicábamos en el nuestro, fue la consagración total de la marca: más y mejor. “La juventud de esta propiedad intelectual es lo único que impide que podamos llamarle vendeconsolas”, decía en su texto nuestro compañero Sergio C. González. El título multiplicó sus modos, contenidos y posibilidades y logró que la saga superase los 10 millones de unidades vendidas en apenas tres años. Splatoon 2 consolidó el nombre de la IP como uno de los más conocidos dentro de la familia Nintendo y sus personajes ya cuentan con el privilegio de formar parte de sagas como Mario Kart 8 Deluxe y Super Smash Bros. Ultimate, en cuyos planteles ya se pueden encontrar a los inkling.

Su importancia ha sido tal, que Splatoon 2 se ha convertido en uno de los juegos en los que más se ha apoyado Nintendo para justificar su online de pago, Nintendo Switch Online. Ha estado presente en la práctica totalidad de sus campañas sobre la suscripción y no es para menos, siendo uno de los juegos más importantes del panorama eSport, donde cuenta con una legións de fans y toda clase de eventos y torneo (sin ir más lejos, celebró su mundial en el último E3 2019).

No es el final, Splatoon 3 no está en marcha aún

Es de esperar que, con la desaparición de cualquier tipo de contenido nuevo, el número de jugadores decrezca poco a poco, pero a pesar de ello y de ese tono de funeral que reina ahora mismo en Inkopolis, es un gran momento para volver a él y darse cuenta de lo bueno que es Splatoon 2. Al término del último Splatfest, que nos obligaba a elegir entre orden y caos, Perla y Marina, nuestras queridas host durante todos estos meses, tenían un dramático diálogo en el que Marina explicaba lo que Splatoon significaba para ella y en lo importante que su grupo, las Cefalopop, y Splatoon han sido para ella durante un “tiempo muy oscuro de mi vida”. Su compañera le decía que no hacía falta ponerse dramático y que ella era mucho más que eso. No podría ser más simbólico. Porque sí, es cierto que el adiós a los Splatfest es triste y que también lo es el hecho de que quizás no haya más contenidos nuevos para el juego, pero Splatoon 2 es mucho más que eso, como Marina. Es un viejo amigo que se muda a otro sitio, al que echaremos de menos y al que aún veremos de vez en cuando para, como hacen los buenos amigos, llenar a otros la boca de pintura.

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