Everquest: Shadows of Luclin
Everquest: Shadows of Luclin - Edad de las Luces
Las razas élficas han comenzado a reclamar su gloria. Las razas más jóvenes han madurado y activado una fuerte economía a lo largo de Odus, Antonica y Faydwer. Prepárate para la aventura.
EDAD DE LAS LUCES
La última de las antiguas razas en decaer fue la fortaleza de los Elfos. Se había expandido mucho y había grandes ciudades y aldeas construidas en lo alto de los arboles en donde habitaban los elfos del bosque. Fue cuando llegó la última maldición de los dioses, Solusek Ro, Señor de las Llamas, arrasando los bosques con su devastador poder. Los druidas lucharon duramente para combatir el cambio pero lo único que hacían era demorar lo inevitable. Los bosques dieron paso a lo desiertos y los elfos se vieron obligados a abandonar Tunaria. Esta época vino a llamarse " La Edad de la Perdida"
En el siguiente periodo de la historia de los habitantes de Norrath, las razas élficas se reagruparon y restablecieron a si mismos. Un pequeño grupo de Bárbaros con una manera distinta de pensar, fueron ganando intelectualidad y expandiendose rápidamente por las tierras, estudiando el arte de la geomancia. La Fortaleza compartida, como eran llamados esta raza de humanos perdida, llevó el conocimiento a lo ancho del mundo, pero luego murieron rápidamente por razones desconocidas. Ellos fueron los ancestros de cada humano de Norrath y aún se pueden encontrar pequeñas reliquias y ruinas desde Odus hasta Faydwer.
Después de la caída de la Fortaleza Compartida, los que quedaban, muchos de ellos en el centro de Tunaria, se movilizaron habitando las vastas y fértiles llanuras de Karana. Las aldeas prosperaban y se hacían cada vez más numerosas conviertiendose finalmente en ciudades. En el oeste una fuerte y noble banda de humanos conducidos por Antonius Bayle "El Primero", fundó la ciudad de Qeynos. Freeport al este, siendo un activo y peligroso puerto de llamada para aquellos que se aventuraban en "Oceans of Tears".
El gran continente de Tunaria, pasó a llamarse Antonica.
Por poco tiempo hubo paz entre los humanos, pues pronto muchos de ellos se cansaron de la vida cotidiana, olvidaron las promesas y muchos de los grupos abandonaron sus alianzas y su pasado, entregándose a la violencia y recordándole a las masas, porque tuvieron que huir del Norte.
Exploradores y aventureros llevaban historias sobre elfos, enanos y otras extrañas criaturas, así como descripciones de antiguas ciudades abandonadas.
Algunos incluso volvían con un mínimo conocimiento de hechicería y de las artes místicas. Cuando la minoría descontenta oyó esto, se tornaron celosos.
Un frágil hombre de gran inteligencia llamado Erud condujo a este grupo y entre ellos formaron un consejo.
Rápidamente comenzaron a comportarse de manera irritable y a disgusto con su conciudadanos. Llevando consigo una red de espías detrás, los seguidores de Erud huyeron de la ciudad de Qeynos y embarcaron en una pequeña flota de barcos. Se dirigieron al oeste y desembarcaron sobre la costa de la isla de Odus. La tierras estaba inhabitada y en malas condiciones para el consejo y sus gentes. Rápidamente construyeron una ciudad a su estilo, totalmente diferente de Qeynos y Freeport. Fue bautizado con el nombre de Erudin y allí los escribas y estudiantes llamados a si mismos "Altos Hombres", se congregaron para analizar informes y recopilar libros y pergaminos así como otros artefactos donados por sus espías.
Así fue cómo nacieron los primeros magos humanos que venían de la antigua fortaleza compartida. Brujos, hechiceros y encantadores llenaban los grandes vestíbulos de Erudin incrementando cada vez más sus poderes y conocimientos.