Brian Ortega: de luchar contra pandillas a brillar en la UFC
El peleador de origen mexicano es el tercero en el ranking del peso pluma y se medirá al brasileño Diego Lopes en el combate coestelar del UFC 303 de la madrugada del sábado al domingo (04:00, App de Eurosport).
Muchos luchadores tienen pasados complicados y el deporte les ha regalado una nueva vida. Brian Ortega vivió una adolescencia difícil, rodeado de pandillas y traficantes de drogas, por lo que tuvo que aprender a defenderse desde pequeño. Los deportes de contacto fueron su salvavidas. La madrugada del sábado al domingo (04:00, App de Eurosport), el peleador de origen mexicano se enfrentará al brasileño Diego Lopes en la pelea coestelar del UFC 303, encabezado por la revancha de Alex Pereira y Jiri Prochazka.
El padre de Brian, Martin Ortega, que emigró desde Hermosillo (México), empezó a darle clases de boxeo con tan solo cuatro años. “Creció siendo pobre y su papá le pegaba. Lo hacía pelear en la calle. Él pasó por muchas cosas y como padre era serio, no hablaba mucho y yo me preguntaba: ‘Si los padres de mis amigos hablaban mucho con ellos, ¿por qué el mío nunca habla conmigo?. ¿Qué hice yo?’”, recordó Ortega en una entrevista con el medio mexicano La Opinión. En la zona en la que vivían, había una gran actividad de pandillas y narcotráfico. Vivían de forma humilde en un edificio en el que aparcaba una caravana delante por las noches para usarla de escudo de las balas perdidas de las trifulcas entre bandas. “Nuestro vecino hacía lo mismo, y contábamos los hoyos de balas en cada vehículo todas las mañanas”, contó Martin a ESPN.
“Como chavo pensé: la única manera en que voy a hacer que mi padre se relaje conmigo y me enseñe amor, orgullo y se sonría conmigo, es si yo soy peleador. Dije: ‘Voy a ser campeón para que él me dé ese tipo de amor’. Y así empezó todo. Primero era por lo de mi ‘apá’ y luego fue como que yo me enamoré del deporte”, reconoció Brian. Siendo consciente de los peligros que traía la calle, su padre le enseñó a sobrevivir, saltando vallas y cubriéndose si veía algún coche sospechoso. El de origen mexicano nunca se unió a una pandilla, pero fue el objetivo de ellas. Brian y su mejor amigo Richard siempre iban juntos, ambos con conocimientos de pelea, y se defendían de los maleantes. “Nos hicimos un grupo tan grande, comenzamos a meternos en mierdas que solo hacen las pandillas, y no debimos haberlo hecho, porque no éramos una pandilla. Se suponía que debíamos dejarnos someter y azotar por las pandillas. Hicimos lo totalmente opuesto. Les dijimos: ‘Al carajo’. Y eso nos hizo sus enemigos”, contó.
Como advertencia, una pandilla mató a tiros a Daniel, uno de sus amigos más cercanos, que murió desangrado entre los brazos de Ortega cuando tenía 16 años. “Y una vez que nos hicimos enemigos, allí fue cuando fueron a disparar a Daniel. Fue su forma de decirnos: ‘Pues bien, ustedes nos llevaron a este punto. Ahora lo llevaremos más lejos’”, recordó. Su otro amigo, Richard, fue sentenciado a seis años de prisión poco después. Estos acontecimientos hicieron recapacitar a Brian, que no quería correr la misma suerte que sus amigos.
La vida en el gimnasio
Antes de que Ortega decidiese cambiar de vida, ya había empezado a entrenar. Con 13 años aterrizó por primera vez en el gimnasio de Rener Gracie, entrenador brasileño de jiu jitsu. Al principio, acudía a algunos entrenamientos y después desaparecía durante meses. “Hubo ocasiones en las cuales no sabría ni escucharía de él por meses y me imaginaba que había muerto. Solo esperaba que su padre viniera a decírmelo”, reconoció el entrenador. Gracie no le permitía a Brian que le dijese a nadie que tenía conocimientos de deportes de contacto, ya que era “un arma secreta”.
El éxito de Brian llamó la atención de James Luhrsen, entrenador de MMA. Luhrsen fue quien terminó de sacar al de origen mexicano de las calles, apartándole de las malas compañías. “James iba justo donde estaba la gente y les decía: ‘Ya no puedes andar con Brian’”, explicó Ortega. Con la ayuda de su entrenador, pasó a profesional en 2010 y, cuatro años después, firmó con la UFC. Rápido se hizo un hueco en la división del peso pluma, enfrentándose a los mejores y llegando a disputar el título con Max Holloway y Alexander Volkanovski, cayendo ante ambos. Actualmente, es el tercero en el ranking, después de volver a la jaula tras una lesión y noquear a Yair Rodríguez en el primer asalto. Para volver a ganarse una oportunidad por el cinturón, que actualmente está en manos de Ilia Topuria, tendrá que ganar a Diego Lopes, una de las estrellas en ascenso de la compañía que ha ganado en el primer asalto sus tres últimos combates.
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