Kiko Martínez pelea en casa del enemigo: Josh Warrington
Kiko Martínez expone este sábado el Mundial IBF del peso pluma ante Josh Warrington. Será en Leeds, ciudad natal del inglés y en la que es un ídolo, con cerca de un centenar de españoles.
La prestigiosa revista inglesa Boxing News publica en su portada de esta semana la pregunta que todos los británicos tienen en su cabeza: "¿Podrá Kiko Martínez volver a provocar otro shock?". El respeto al español, de 36 años, en las Islas es máximo y más tras el KO a Kid Galahad cinco meses atrás. Cada vez que las ha visitado ha dejado una batalla para el recuerdo y nadie duda que este sábado no será una excepción. Lejos de registros (el récord del ilicitano es de 43 victorias con 30 KO, 10 derrotas y 2 nulos), Kiko es un púgil muy peligroso. Nadie lo obvia. Tampoco su rival, Josh Warrington (30-1-1, 7 KO y 31 años), quien ya sabe lo que es pelear contra el español. Lo hicieron hace cinco años y el inglés ganó con gran polémica.
Ese pleito fue un punto de inflexión para ambos. El local se convirtió en cuatro veces campeón del mundo y Kiko demostró que le quedaba cuerda para rato. "Le habían retirado unas cuantas veces, pero aquí, en Leeds, dejó claro que podía volver a ser campeón", reconocen a AS desde el equipo del español. El púgil, fiel a su estilo, es más sincero. "Yo sabía que podía volver a llegar a lo más alto y se lo enseñé al mundo. Aunque las cartulinas dijesen otra cosa, le gané. En su momento le zurré la boca en su pueblo y se la voy a volver a zurrar. Voy a ganar antes del límite para que no haya equívocos otra vez", espeta.
Pese a las sensaciones positivas en 2017, Kiko Martínez perdió ante Russell (Mundial WBC, 2019) y Barrett (febrero de 2021, también con gran polémica), lo que le dejó al borde del retiro. "Cuando boxeé contra Galahad (noviembre de 2021) sabía que o ganaba o era mi último combate. Solo había esas dos opciones. Tenía claro que no sería mi última pelea", admite Kiko. Su final, pese a todo está cerca, pero sus objetivos siguen siendo ambiciosos: "Me queda este combate y otro. Me despediré como campeón del mundo. Me gustaría que la otra fuese unificatoria", añade. El sueño es bonito y sería histórico. Nunca un español ha disputado un pleito de esas características (sí ha habido púgiles que han peleado por varios cinturones, pero nunca eran campeones) y él lo quiere. Tiene cuatro mundiales (tres en supergallo y uno en pluma) y eso ya le hace leyenda, pero su ambición es máxima. "Mi única obsesión es seguir siendo campeón", afirma el monarca FIB del pluma.
El inglés también se juega mucho. "En Leeds están el equipo de fútbol y Warrington. Es una institución", comenta la prensa local a AS. Es así. El apoyo es brutal, y también la presión. El inglés dejó vacante su Mundial (el mismo que ahora quiere recuperar) para buscar grandes carteles en Estados Unidos. Antes, tenía un combate de 'rodaje' que salió mal. El mexicano Lara le noqueó y meses después, en la revancha, hicieron nulo por un cabezazo. Juega sin red. Una derrota podría ser su final. Pese a ello, quien piense que está acabado, se equivoca. Es un púgil muy técnico.
Cada inglés al que se le pregunta tuerce el gesto para dar una predicción. "Está al 50-50, nunca te puedes despistar con Kiko", avisan. Es cierto, la contienda está igualada. El local avisa que la es la "mejor preparación" de su vida y a Martínez su equipo nunca lo había visto "tan confiado". Las cartas están echadas y Kiko, encendido. "Te retiraré", le gritó el británico en el pesaje. "Mañana el champion seré yo", le replicó el ilicitano. Kiko Martínez no duda: impondrá su ley y el silencio en Leeds.
Kiko Martínez no estará solo en Leeds
Se prevé que el First Direct Arena de Leeds se quede pequeño esta noche (tiene capacidad para 13.000 personas). Warrington goza de una gran popularidad en su ciudad y ha conectado con los aficionados más animosos del equipo de fútbol, por lo que la atmósfera que se genera será muy especial. También será hostil para Kiko, al que se le vio crecerse cuando le abuchearon en el pesaje. El español, pese a ser claramente la cara B en cuanto apoyo en las gradas, no estará solo. Se esperan cerca de un centenar de españoles para animarle.