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BOXEO

Una España internacional

Enmanuel Reyes Pla y Gazi Jalidov se unieron a mitad del ciclo olímpico. Lograron billete para estar en los Juegos de Tokio junto con Gabriel Escobar y José Quiles.

José Quiles, Gabriel Escobar, Enmanuel Reyes Pla y Gazi Jalidov.
Adrián Rubio (@adrumor)Federación Española Boxeo

Enmanuel Reyes Pla puso este martes el broche al Preolímpico de París. Lo hizo con una plata. El cubano de nacimiento, de 28 años, perdió su primer combate como español (recibió la nacionalidad en enero de 2020), pero ante el actual campeón mundial dejó claro que es favorito en 91 kg. El Profeta fue el último en lograr el billete para Tokio. Antes del aplazamiento (el torneo comenzó en marzo de 2020 y se paró por la crisis sanitaria), Gabriel Escobar (52 kg) y José Quiles (57 kg) lograron clasificar. En París, además de Reyes Pla, también logró su plaza Gazi Jalidov (Daguestán, Rusia, 26 años). Él y Escobar fueron bronce en el torneo (Quiles no lo reanudó por lesión).

Con esos cuatro billetes, España mejora con creces sus últimas participaciones olímpicas. Desde Barcelona 1992, cuando fueron ocho boxeadores, la Selección no había concurrido con más de dos púgiles. Ese cupo lo consiguieron ya Escobar (24 años) y Quiles (23), quienes tienen una historia similar. Ambos empezaron a boxear por sus hermanos mayores, entraron al CAR de Murcia con 15 y 16 años y desde los 18 están al primer nivel con la absoluta.

Por su parte, Reyes Pla y Jalidov comparten también circunstancias, ya que ambos se unieron a la carrera olímpica a mitad del ciclo. Eso sí, sus caminos son muy diferentes. El cubano comenzó a boxear de niño. "No recuerdo cuántas peleas llevo. Más de 300, pero no sé el número", admite entre risas. Tras ganar varios torneos locales pasó a formar parte de la selección de su país. Allí se encontraba a la sombra de Erislandy Savón (bronce en Río). No se sentía valorado y decidió buscar un país en el que apostasen por él. Su padre, tío y abuela viven en A Coruña y vino a España. Tardó. Solo pudo viajar a Moscú (no le permitían ir a otros países por miedo a una deserción) y desde allí estuvo seis meses para llegar a España. Lo logró, usó antiguos contactos para hablar con el seleccionador nacional, Rafa Lozano y, cuando le vieron en acción, apostaron por él. De momento el all in funcionó para ambos. Les queda la mano más difícil: Tokio.

Por su parte, Jalidov vive en Logroño desde que tenía 10 años (su familia llegó como refugiada política). "Me siento español, es el país que me lo ha dado todo", admite. Prometía, pero una lesión en su mano casi le hace dejar el deporte. Tras dos años parado volvió en 2019 y venció en dos ocasiones al dueño de la plaza en la Selección (81 kg). Llamó la atención y no le dejaron escapar. Es pura potencia y el trabajo para "moldearle" al boxeo olímpico ha surtido efecto.