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NATACIÓN

Una natación congelada

Más de un mes después del aplazamiento de los Juegos, el Mundial de Fukuoka sigue sin fecha y las federaciones saben que el Europeo no se celebrará en agosto.

Sjöstrom.
Sjöstrom.

Ante la incertidumbre creada por el COVID-19, los nadadores siguen sin poder entrenarse en una piscina en la mayoría de países (los vídeos virales de Federica Pellegrini o Yulia Efimova son un ejemplo) y las federaciones internacionales mantienen el silencio sobre los grandes campeonatos que deben celebrarse en 2020 y 2021. Prácticamente un mes después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) y Tokio decidieran que los Juegos se celebrarán del 23 de julio al 8 de agosto, el Mundial de Natación sigue sin fecha y el Europeo está fijado en agosto en Budapest aunque las federaciones saben que es inviable debido a las desigualdades entre países con respecto a la propagación del coronavirus.

El Mundial estaba fijado precisamente para julio de 2021. La Federación Internacional de Natación (FINA) ya hizo un comunicado en el que anunció que movería las fechas del Mundial, que también se debe celebrar en Japón (Fukuoka). No obstante, y pese a que aseguró que en dos o tres semanas tomaría una decisión sobre las nuevas fechas del evento, aún no ha movido ficha. Se espera, eso sí, que sea inminente.

De los cuatro escenarios posibles (la primavera de 2021, después de los Juegos, el otoño o en 2022) sigue teniendo más fuerza el de 2022, teniendo en cuenta que es el escenario más seguro y que puede obtener más ingresos al no ser año olímpico y poder situarse en un lugar privilegiado del calendario.

El Europeo despierta las mismas dudas. Fijado para mayo, Budapest, la ciudad organizadora, juntamente con la Liga Europea de Natación (LEN), decidieron trasladarlo a agosto. En concreto, del 17 al 30 de agosto. No obstante, el virus sigue latente en Hungría, donde hasta nueve nadadores lo contrajeron este abril y hay países como España, Holanda, Gran Bretaña, Francia o Italia en los que sus deportistas han estado (y en muchos casos siguen) sin poder prepararse, con las taras que eso supone a su puesta a punto. La LEN aumenta el plazo para decidir y posponerlo.

Es curioso, además, que el único organismo que ha trazado un plan de competición y rescate haya sido la Liga Internacional de Natación (ISL), una entidad privada que ya supone una alternativa a la natación ortodoxa. La ISL ha propuesto una concentración del 14 de octubre al 17 de noviembre en Australia (aún por confirmar) en la que los nadadores que pertenecen a este circuito tendrán ayudas económicas, podrán competir y entrenarse junto con un entrenador. Una iniciativa que ya ha hecho despertar reflexiones como la que lanzó la sueca Sarah Sjöstrom hace semanas: “Nadar es mi trabajo y en los Juegos Olímpicos no hay premios en metálicos. En la ISL solo cobras por participar”.