NATACIÓN

Ona Carbonell cierra un mágico 2019 con el récord de medallas

Retirada desde agosto, Ona Carbonell celebrará a sus 29 años una Navidad distinta después de pasar más de media vida en el agua y entre competiciones. Se despide con 23 medallas.

RAFA APARICIODIARIO AS

Ona Carbonell vivirá unas Navidades diferentes, alejada ya de la alta competición después de 15 años de éxitos. La barcelonesa ya no deberá ponerse el despertador, ni pensar en las grandes citas de 2020 ni en calcular a cuántas medallas aspira. Su palmarés se ha detenido como un reloj de arena. “Desde que tenía nueve años solo he nadado. Esto ahora es diferente, aunque me lo quiero tomar como un parón”, asegura. Ona no descarta darle la vuelta a ese reloj, pese a que su atención esté centrada en sus proyectos personales y en la familia.

Atrás queda un 2019 mágico e histórico para el deporte nacional. En los Mundiales de natación disputados en julio en la discreta ciudad de Gwangju, Corea del Sur, Ona logró ganar tres medallas y situarse como la atleta femenina con más metales en la historia del deporte acuático (23). Solo le superan Michael Phelps (33) y Ryan Lochte (27), dos leyendas de la natación. “Con el tiempo seré más consciente de lo que he conseguido. Fue especial, pero todas las medallas tienen alguna historia detrás y requieren el mismo esfuerzo”, dice la nadadora española, que estuvo acompañada por su familia en su última competición.

La progresión de Ona define bien los distintos escalones por los que debe pasar un deportista de élite. Los éxitos no llegan el primer día. “Cuando entré en el equipo tenía 14 años y Gemma Mengual, 28”, recuerda. Toda la sincro apuntaba el nombre de Ona como sucesora de la pionera de la sincro, pero la catalana tuvo que seguir un proceso lógico y duro. Primero, como miembro del equipo, de 2005 a 2008, alternando sus apariciones con las competiciones júnior. Eso le llevó a quedarse sin Pekín 2008. “Fue mi peor momento. Pensé en dejarlo todo”, explica.

Pero a partir del Mundial de Roma en 2009 cambió su rol. Mengual decidió hacer un paréntesis para ser madre, curiosamente lo mismo que desea ahora Ona. De 2010 a 2012, la barcelonesa fue la pareja de Andrea Fuentes en el dúo y vivió sus dos medallas olímpicas en Londres 2012. En 2013, Fuentes se retiró y Ona asumió durante seis años el liderazgo del grupo. “Siempre me ha gustado interpretar el solo, porque ahí se une la parte artística y la sincro”, comenta. Ona batió un récord en el Mundial de Barcelona (la primera en ganar siete medallas en una misma competición) y siguió consolidándose como la sombra de Rusia en este evento. De los 23 a los 29 años se ha ido convirtiendo en un icono. Rusia sumaba los oros, pero todas las niñas querían ser como Ona.

Durante ese periodo, Ona tomó decisiones para alargar su carrera y sufrir menos desgaste, como la de renunciar a nadar las pruebas de equipo en el Mundial de Kazán o limitarlas en Budapest 2017 y en Gwangju. En Río 2016 cumplió un sueño de niña al competir en la prueba de dúo con Gemma Mengual, que ya tenía 39 años. Dos iconos del deporte español. “Aquello fue muy bonito. Que Gemma pudiera regresar después de ser madre es especial y un ejemplo”, relata Ona, que se pone también ese objetivo: “Aunque cuando llegue el momento ya lo valoraré, ahora pretendo desconectar”.

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