Ademar León tuvo que sufrir de lo lindo y aguantar casi el último minuto al límite para impedir que el colista le sorprendiera y le arrebatara un punto, más que trascendente para los locales, que no quieren perder la estela de las primeras plazas en la Liga ASOBAL.
Cuando parece que el síndrome de la primera vuelta se había superado y se mantenía la fortaleza ante rivales, a priori, más endebles, los de Jordi Ribera repitieron el final de infarto, aunque en esta ocasión les salió cara y no como ante Pilotes o Torrevieja donde se dejaron puntos de los que aún se acuerdan.
Pocos podían esperar que después de la exhibición de tan solo tres días antes cuando los ademaritas doblegaron con total justicia al vigente poseedor del título de la Liga de Campeones, el THW Kiel,se podían pasar tantos apuros ante un equipo que lucha por eludir el descenso.
Sin embargo, solo al final pudieron respirar aliviados, mientras que el rival desaprovechó una inmejorable oportunidad de obtener algo positivo en una pista en las que, en un principio, se puede contar con la derrota.
Final trepidante
Y es que a falta de dos minutos para la conclusión, el equipo andaluz se colocó a tan solo un gol, 27-26, Laluska se precipitó en un lanzamiento sin posición y el Almería dispuso de cerca de un minuto en el último ataque para al menos arrancar un punto, pero la defensa al límite de los locales obligó a que Pavlicic no lanzara cómodo y el balón fue a las manos de Saric.
Los leoneses tuvieron que volver a utilizar en este compromiso sus armas alternativas, sacando el máximo rendimiento de la versatilidad de unos jugadores que tan solo han encajado una derrota en Rusia ante el Chekjov desde que se retomara la competición tras el Europeo de Noruega.
El técnico visitante, Txema Senosiaín, cuestionado desde hace tiempo y con la soga al cuello sobre una posible destitución, planteó el choque con una defensa agresiva que maniató a una primera línea ademarista, de nuevo debilitada por las ausencias de Garralda, Valçic y Jakobsen, a pesar de la reaparición del húngaro Laluska.
Las diferencias se fueron hasta los cuatro goles de margen, 3-7 y luego 6-10, que obligaron a Ribera a tomar medidas como colocar a Saric en portería y volver a improvisar sus soluciones de emergencia, el doble pivote y los extremos como laterales en ataque.
Al descanso, partido igualado
Al descanso la situación se había igualado, 12-12, y en la reanudación el Ademar empezó a obtener sus primeras ventajas del encuentro, hasta llegar a igualar la renta que había logrado su rival (22-18), mediado el segundo tiempo.
Pero Keymare no bajó los brazos, más bien al contrario aprovechó la exclusiones y logró entrar de nuevo en el partido, aunque a trompicones y con los "jugones" en pista, Ademar volvió a estirar la renta 26-22 con menos de cinco minutos para el final.
Tampoco en esta ocasión respiraron tranquilos los locales que, presa de su precipitación en algunas acciones, acabaron teniéndose que refugiar en su defensa para aguantar la última embestida de un rival que vendió muy cara la derrota.
