Dos tenistas españoles se salvan del tiroteo en EE UU

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Dos tenistas españoles se salvan del tiroteo en EE UU

Dos tenistas españoles se salvan del tiroteo en EE UU

AP

Albert Larregola y Nicolás Delgado estudian en Virginia

Terror en Blacksburg, Virginia (Estados Unidos). Al menos 33 personas resultaron muertas y otra treintena herida —balance al cierre de esta edición— tras dos tiroteos en el campus de la Universidad de Virginia Tech (el autor de los disparos también falleció). Y allí, en medio del terror, dos tenistas españoles, Albert Larregola y Nicolás Delgado de Robles, intentaban recuperar el aliento. "Me he librado porque decidí cambiar el horario de una clase. Tenía contabilidad a la nueve de la mañana, pero también a las diez. Y me quedé un ratito más en la cama. A las nueve y media, a punto de salir de casa, un e-mail de la universidad me comunicaba lo sucedido. Fue terrible", contaba al otro lado del teléfono Albert Larregola (en la foto), tenista ilerdense de 20 años.

A la hora en que hablamos con él, la cifra de muertos ascendía a 30. "Me quedé en mi habitación bloqueado, no sabía qué hacer. Me telefoneó Nicolás y me dijo que ya había hablado con España y que mi familia sabía que estábamos bien", declara Albert, uno de los 26.000 estudiantes en el campus.

El Nicolás al que se refiere es Nicolás Delgado, subcampeón de España júnior en 2004, también becado en la universidad de la costa Este. "Todos estamos bien. Tan sólo un amigo mío ha recibido un disparo en la mano, pero no es preocupante.

Había dejado a mi novia en un edificio del campus y yo estaba en otro haciendo un trabajo. Llegó la Policía, bloqueó puertas y ventanas y todo el mundo se quedó alucinado", comenta Delgado. El cambio en las clases les libró de ser testigos directos de la mayor masacre en la historia de las universidades estadounidenses. "El Norris Hall, el edificio en el que tuvo lugar el primer tiroteo, se encuentra a 30 metros del Williams Hall, en el que yo tenía mi primera clase a las nueve de la mañana". Una hora y 30 metros de diferencia tuvieron la culpa. En esta ocasión, la bendita culpa.