El partido de esta tarde en Twickenham pasará a la historia como el de la resurrección del medio apertura que en octubre de 2003 dio a Inglaterra y al hemisferio norte su primer título de campeona del mundo de rugby cuando logró un "drop", disparo a palos de bote pronto, en la prorroga de la final disputada en Sydney ante

Australia.

Pocas palabras hay esta tarde para definir el juego de Wilkinson, que participó en casi todas las acciones en la que su equipo puntuó. Comenzó, además, recibiendo un golpe en sus labios en los primeros compases del encuentro cuando el marcador señalaba empate a cero.

Pero pronto se repuso y transformó el primer golpe de castigo en el minuto 11, en el 19 contestó a los tres primeros puntos de su rival, Paterson, con un "drop", y en el 29 y 31 hizo lo propio con el ensayo del escocés Taylor, que había aprovechado un error del medio melé Ellis para adelantar por primera vez a los visitantes.

Robinson, otro veterano de la quinta que logró el Mundial de Australia, cruzó la línea de ensayo rival para llevar al marcador el 17-10 al descanso y en la reanudación, cómo no, Wilkinson de nuevo. Dos golpes más, otro ensayo de Robinson, que no jugaba con Inglaterra desde 2005, y en el minuto 59 la gloria para el apertura inglés al lograr su ensayo

Un ensayo dudoso, que para concederlo el árbitro tuvo que consultar con el juez de vídeo. A los ingleses y a su héroe de esta tarde les supo a gloria.

La imagen de Wilkinson, de 27 años que ha sufrido todo tipo de lesiones en los tres últimos años, abandonando el terrero de juego sustituido por Flood en el minuto 74 con la camiseta ensangrentada pasará a formar parte de la historia de este deporte.

El escocés Dewey logró en el minuto 74 el segundo ensayo de los visitantes, un minuto después de que el inglés Lund consiguiera el último de los locales, aunque esa transformación fue fallada por su apertura.

La "vieja guardia" del Quince de la Rosa, parte de ella recuperada hoy por Brian Asthon, seleccionador que debutaba al frente de los locales, parece haber puesto fin a la crisis que sufría Inglaterra.

Los ocho partidos perdidos el año pasado acabaron con el ciclo de Andy Robinson como seleccionador, destituido a finales de 2006. Hoy ha empezado otra época con el veterano Asthon en el banquillo.