Un millón de personas en la salida de la Volvo

Vela | Volvo Ocean Race 2005-06

Un millón de personas en la salida de la Volvo

Un millón de personas en la salida de la Volvo

Más de mil barcos siguieron las evoluciones de los participantes

La ciudad de Vigo vivió ayer una jornada que no podrá olvidar en muchos años. Cerca de un millón de personas, vigueses, españoles venidos de toda España y extranjeros de muchos países, incluidos brasileños, australianos, neozelandeses o suecos, junto a más de un millar de embarcaciones de todo tipo, fueron testigos en el puerto vigués y en los 25 kilómetros que le separan de Monte Ferro, la salida al mar de la ría de Vigo, de un espectáculo extraordinario con la salida de las siete embarcaciones participantes en la Volvo Ocean Race 2005-06 (Vuelta al Mundo por etapas), la prueba más extrema de la vela de alta competición.

Desde primera hora.

Aunque la salida estaba programada a las 14:00 horas, ya a las ocho de la mañana empezaron a llegar espectadores al muelle de trasantlánticos de Vigo donde estaban atracados los siete VO70 participantes en el evento. El ritmo de trabajo en los pantalanes era frenético. Velas, alimentos, vestimentas... se colocaban ya en los barcos por última vez antes de la salida. Todo iba rápido mientras una verdadera marea humana tomaba el puerto. Se esperaba la llegada del Rey y los servicios de seguridad de la Casa Real se ocupaban de los arcos detectores de metales que daban acceso al recinto; una labor efectuada con gran celereridad y que no colapsó las entradas. Y, por fin, se produjo el pistoletazo de salida.

La borrasca propició un gran espectáculo

S.M. el Rey disparó, a las 14:00 horas en punto de la tarde, el cañonazo de salida de la prueba desde la goleta sueca "Goteborg". Los siete participantes cruzaron la línea con poca velocidad en dirección nordeste y en la boya de La Guía el primero en virar fue el 'Ericsson' sueco, al mando de Guillermo Altadill, seguido del 'Movistar' español, con el holandés Bouwe Bekking como patrón y del 'Pirates of the Caribeean' del estadounidense Paul Cayard. En su avance hacia el suroeste, la entrada de una borrasca con viento y lluvia permitió ver un impresionante espectáculo con las embarcaciones navegando a tumba abierta, a una velocidad vertiginosa que asombró a los varios millares de espectadores que seguían la prueba desde sus embarcaciones. Llegaron a ir en ceñida a 15 nudos (unos 30 kilómetros por hora) por el interior de la ría de Vigo, algo similar a ir a 120 kilómetros por hora en una autopista.